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Morgan Stanley ha recortado su estimación sobre el precio del petróleo de calidad Brent, de referencia en Europa. Ha pasado de proyectar que se situaría a finales de año en la horquilla de 100-110 dólares a estimar que para cuando termine 2023 cotizará más bajo, concretamente entre los 90 y los 100 dólares.

¿A qué se debe este cambio? Como explican los estrategas del banco estadounidense, a que ahora creen que este año habrá una demanda más fuerte de lo inicialmente proyectado. En concreto, estiman que será de 1,9 millones de barriles diarios, frente a los 1,4 mb/d que contemplaban antes

Y esto a su vez, aunque no cambia el patrón general de sus estimaciones (exceso de oferta en el primer trimestre, equilibrio en el segundo y déficit en los trimestres tercero y cuarto), sí que influye en su proyección sobre el déficit de petróleo esperado para el segundo semestre del año, que ahora es inferior, lo que repercute directamente en las previsiones de precios.

"La infraoferta del segundo semestre es ligeramente inferior a la estimada anteriormente. En total, vemos los inventarios mundiales aproximadamente 30 millones de barriles por encima de lo que estimábamos anteriormente para finales de año", comentan los analistas de Morgan Stanley en su último informe sobre el petróleo.

Pese al aumento de la demanda, el déficit será menor. Lo explican estos expertos de la siguiente manera: a principios de año preveían que la demanda se vería impulsada por el crecimiento de 1,8 mb/d derivado de la reapertura de China y otro año de recuperación de la aviación, compensado por un descenso de 0,4 mb/d en todas las demás categorías de demanda de petróleo debido al "mayor riesgo de una recesión relativamente grave".

Sin embargo, explican, desde entonces la reapertura de China "ha cobrado impulso" y los horarios de los vuelos "han afianzado las perspectivas de la demanda de combustible para aviones". Al mismo tiempo, comentan desde Morgan Stanley, los últimos datos sobre la demanda de petróleo "han sido mejores de lo previsto", las previsiones de consenso sobre el PIB para 2023 han subido y los PMI manufactureros se han recuperado de sus mínimos.

"Hemos eliminado nuestra estimación de una caída de 0,4 mb/d 'por doquier' y ahora fijamos el crecimiento de la demanda de petróleo de este año en 1,9 mb/d", apuntan los expertos del banco. Un aumento de la demanda que se ve compensado por "la mayor oferta de Rusia".

Y es que las exportaciones rusas de crudo y productos petrolíferos "han sido mayores de lo previsto". Antes en Morgan Stanley auguraban un descenso interanual de aproximadamente 1 mb/d en 2023, que ahora han moderado a 0,4 mb/d. "Aún así, advertimos contra la interpretación de que los datos de seguimiento de los petroleros muestran pocos cambios en las exportaciones y que, por tanto, el embargo de la UE ha tenido poco impacto", alertan.

Porque a pesar de que las exportaciones por vía marítima "siguen manteniéndose", las importaciones de petróleo ruso en los países de destino de todo el mundo "cayeron significativamente en diciembre y se mantuvieron bajas en enero". "La variable explicativa entre el mantenimiento de las exportaciones y el descenso de las importaciones es una gran acumulación de petróleo ruso en el mar, que de hecho se ha producido".

Estos analistas recuerdan que desde principios de año el mercado marítimo "ha absorbido petróleo ruso a un ritmo de 800 kb/d". "El alargamiento de las cadenas de suministro explica en parte este fenómeno", apuntan los analistas, que estiman que en algún momento el petróleo ruso en el mar "tendrá que estabilizarse" y, para ello, probablemente "sea necesario que aumenten las importaciones en los países de destino, pero también que disminuyan las exportaciones".

Al final, todo esto se traduce en que habrá déficit en el segundo semestre, pero "ligeramente menor", y de ahí la nueva proyección de precios. Al ser menor el déficit previsto, es de esperar también que el Brent cotice más bajo de lo estimado anteriormente.

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