Gerald Cotten era el consejero delegado y fundador de QuadrigaCX, la mayor compañía canadiense de inversión en criptomonedas. Cotten falleció el pasado 9 de diciembre a los 30 años, por complicaciones de la enfermedad de Crohn que padecía, y se llevo consigo la contraseña para acceder a millones de criptodivisas de unos 115.000 clientes.
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Ahora, la compañía, que se ha declarado en bancarrota, está buscando la manera de desencriptar los 180 millones de dólares canadienses (alrededor de 120 millones de euros), que se encuentran en un monedero protegido con una contraseña y sin conexión a Internet, para evitar el hackeo. De momento, un tribunal canadiense ha admitido su solicitud de suspensión de pagos.
Por otro lado, QuadrigaCX ha consultado con un experto que ha tenido "un éxito limitado en la recuperación de algunas monedas y cierta información" del ordenador y los teléfonos, de acuerdo con la declaración jurada de la esposa de Cotten, Jennifer Robertson, recogida por Reuters. Sin embargo, la mayoría de los datos permanecen intactos, aún dentro del ordenador.
Robertson, la persona más cerca a Cotten en su vida cotidiana, ha intentado encontrar la contraseña o la clave de recuperación que su marido se llevó a la tumba, aunque sin éxito. "A pesar de las repetidas búsquedas, no he podido encontrarla por escrito", ha apuntado.
Hay quien duda de la muerte del empresario que, según apuntó QuadrigaCX a través de Facebook, falleció en la India mientras trabajaba como voluntario en un orfanato. De hecho, su mujer ha denunciado recibir amenazas, comentarios difamatorios e incluso preguntas sobre si su marido está realmente muerto.
