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La libra esterlina ha seguido cayendo este jueves pero mantiene los 1,21 dólares, en niveles no vistos desde enero de 2017. El temor de los mercados a que el Brexit se produzca sin acuerdo por la intransigencia del Gobierno de Boris Johnson, sumado a la fortaleza del dólar después de que la Reserva Federal (Fed) no garantizara más recortes de tipos, han lastrado a la moneda que prolonga su caída de más de un 4% en julio, su peor mes desde octubre de 2016.

A esto se suma la ralentización económica de Reino Unido que muestran los datos macro, de la que también se ha hecho eco el Banco de Inglaterra (BoE, por sus siglas en inglés) en las previsiones económicas que ha publicado este jueves, junto a la decisión de tipos de interés del mes de agosto, cuando se han mantenido sin cambios al 0,75%. Así, el regulador monetario presidido por Mark Carney ahora pronostica un crecimiento del PIB del 1,3% para 2019 y 2020, por debajo del 1,5% y 1,6% respectivamente de sus proyecciones anteriores de mayo. Estas previsiones se hacen bajo el supuesto de que Reino Unido evite un Brexit desordenado.

El Banco espera que la inflación, que actualmente se encuentra en el objetivo del 2%, supere esta meta a dos y tres años vista, y por un margen mayor al previsto en mayo.

En las actas de la reunión de agosto, el banco central señaló que el mayor riesgo de un Brexit caótico había llevado a una "depreciación marcada del tipo de cambio de la libra esterlina", que está cerca de un mínimo de tres años frente a sus divisas rivales, y que desde mediados de julio, la incertidumbre comercial sobre Brexit se había vuelto "más arraigada".

Contra el euro, la libra se mantiene en las inmediaciones de las 0,91 unidades, después de los mínimos de casi dos años alcanzados frene a la moneda única.

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