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El dólar avanza este lunes contra la libra y el euro, en una semana clave para las negociaciones de divorcio entre la Unión Europea (UE) y Reino Unido. Las expectativas de que se anunciara un acuerdo entre Londres y Bruselas antes de la cumbre de la Unión Europea (UE) de esta semana, habían dado alas a la moneda británica en jornadas anteriores, pero la falta de un acuerdo ha dinamitado el auge de la divisa que cede terreno ante su contraparte estadounidense.

Después del máximo del mes de octubre del viernes en los 1,3258 dólares, el cable (libra/dólar) ha perdido posiciones por debajo de los 1,3082 dólares en este arranque semanal, desde donde ha remontado por encima de los 1,31 dólares. El euro, por su parte, también ha perdido terreno ante el ‘billete verde’, después de escalar por encima de los 1,16 dólares al cierre de la semana pasada, en medio de una oleada de ventas en el dólar, arrastrado por el declive de los índices de Wall Street.

No obstante, los temores sobre que los negociadores de uno y otro lados del Canal de la Mancha no sean capaces de presentar un acuerdo antes de la cumbre de líderes de la UE de esta semana han renovado el apetito de los inversores sobre el dólar, que ha puesto en juego su papel de activo refugio. La libra, además, se ha visto lastrada por los comentarios del ex ministro de Asuntos Exteriores de Reino Unido, Boris Johnson, quien ha señalado que el país debería olvidarse de los “acosadores” de la UE y buscar un “súper acuerdo con Canadá”.

Expertos como la fundadora de BK Asset Management, Kathy Lien, insisten en que el motor principal de la libra es el Brexit y los operadores esperan, ahora, una confirmación oficial de si se presentará o no acuerdo. El principal foco de conflicto sigue siendo la frontera con Irlanda del Norte, donde las conversaciones se hallan estancadas.

En cuanto al euro, la moneda apenas ha reaccionado a las noticias de la pérdida de apoyos histórica de los socios de Angela Merkel, la Unión Social Cristiana (CSU), en las elecciones de Baviera. En cambio, analistas como Stephen Innes, de Oanda, señalan que la moneda compartida se mantendrá muy pendiente de la evolución del presupuesto italiano.

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