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Juan Marín, entre Rivera y Arrimadas tras conocerse los resultadosBELÉN VARGAS/EUROPA PRESS

La euforia de la derecha tras las elecciones a la Junta en Andalucía, que han servido en bandeja una alianza a tres entre PP, Ciudadanos y Vox, ha dejado paso a la evidencia que no será fácil ni para Juan Manuel Moreno ni para Juan Marín liderar una alternativa a Susana Díaz. Más cuando la formación naranja ha recibido la llamada de atención del grupo parlamentario al que pertenecen en el Parlamento europeo para que no pacte con la ultraderecha y la líder del partido en Cataluña, Inés Arrimadas, presiona exactamente en el mismo sentido.

Las quinielas que ubicaban al movimiento populista de Santiago Abascal en el corazón del nuevo Gobierno andaluz se han ido descomponiendo cuando Ciudadanos y el PSOE han iniciado una batalla para aglutinar votos con una sola misión: aislar a Vox. De hecho, según cuentan fuentes próximas al partido liberal, sólo los diputados de Marín no le harían ascos a una alianza con la derecha radical, situación que ha desembocado en una pugna interna entre los de Albert Rivera, con Arrimadas como principal opositora.

Los diputados catalanes de Ciudadanos “no estarán nada contentos con un pacto con Vox porque consideran que les sitúa mucho más a la derecha y les hace perder un voto de centro, incluso algún elector de izquierdas, que han conseguido en las últimas elecciones catalanas”, explican fuentes parlamentarias. Según el último Barómetro del Centre d'Estudis d'Opinió (CEO) -el CIS catalán- Arrimadas perdería hasta 7 escaños de celebrarse ahora elecciones en Cataluña, un panorama que un acuerdo con Vox empeoraría.

Los diputados catalanes de Ciudadanos “no estarán nada contentos con un pacto con Vox porque consideran que les sitúa mucho más a la derecha"

Por otra parte, los diputados naranja en el Parlamento Europeo, que forman parte del grupo Liberal (ALDE), también han manifestado internamente su incomodidad con la posibilidad de que se recurra a los votos de Vox para lograr un asiento en la Junta. Con las elecciones europeas a la vuelta de la esquina, este escenario sentaría muy mal a los compañeros de escaño de Ciudadanos en Bruselas, cuya punta de lanza es la lucha contra la extrema derecha.

Las relaciones entre la formación de Abascal y los movimientos radicales de Holanda o Francia -tanto Geert Wilders como Marine Le Pen han celebrado la victoria de Vox-, complican aún más el tripartito en Andalucía. Tales son los recelos del líder de los Liberales, Guy Verhofstadt, que ha expresado en público su preocupación por el auge del partido radical, mientras fuentes de Bruselas aseguran que tiene previsto telefonear a Rivera para pedirle explicaciones.

SIN ALUSIONES A VOX

Todo esto sin perder de vista que los diputados de Ciudadanos ya han movido ficha para postular a su candidato como presidente de la Junta. “Es la primera opción del partido ahora mismo y va a generar tensiones con la derecha andaluza, por lo que ya veremos si se pueden conformar las mayorías que se necesitan”, cuestionan fuentes del PSOE.

Miembros del partido de Pedro Sánchez descartan el apoyo a cualquier Gobierno que no esté liderado por Susana Díaz o por un candidato socialista y se cierran en banda a respaldar un Ejecutivo autonómico encabezado por Marín. El secretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas, ha pedido a este partido y al PP que "no bloqueen" un gobierno "limpio" de Ciudadanos para Andalucía, una propuesta que "creen es la mejor" para la comunidad. Su idea es que el candidato naranja Juan Marín lidere la Junta y que llegue al poder gracias al apoyo de socialistas y populares.

Villegas en su comparecencia ni siquiera ha mencionado a la formación que lidera Santiago Abascal con quienes ahora quieren marcar distancias, aseguran fuentes próximas al partido a este medio.

El miércoles se reunirá la ejecutiva de Ciudadanos para decidir cómo se van a afrontar las negociaciones para formar nuevo gobierno tras las elecciones de este domingo, que han supuesto un auténtico vuelco porque pueden significar el fin de la hegemonía socialista en Andalucía tras casi 40 años en el poder.

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