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Pablo Casado y Albert RiveraEDUARDO PARRA-EUROPA PRESS

La negociación por los Presupuestos Generales del Estado (PGE) ha desembocado en un paroxismo de PP y Ciudadanos, que han usado la excusa del relator para el diálogo en Cataluña para ejercer una presión sin precedentes contra Pedro Sánchez, que ha derivado en una reculada del Gobierno por el empecinamiento de los independentistas en abordar la autodeterminación, una de las líneas rojas del socialismo en el diálogo. Del seguimiento de esta protesta dependerá el devenir futuro de la política en España, según expertos consultados.

Los populares no han desconvocado la llamada a salir a la calle porque desconfían de que los socialistas hayan roto realmente con los independentistas. "El mapa político se reconfigurará según lo que pase el domingo", explica Jordi Pacheco i Canals, decano del Colegio de Politólogos y sociólogos de Cataluña (Colpis), quien le da máxima importancia a esta cita. El analista indica que la figura del relator ha hecho aflorar la carrera de fondo de las formaciones presididas por Pablo Casado, Albert Rivera y, también Vox, por ocupar el espacio de la derecha y ultraderecha que puede demostrarse "un fracaso" si su órdago "pincha". Por esto cree que se enfrentan a una dura prueba.

Pero más importante que los movimientos de la derecha, que, en palabras de Casado, "no descartan nada", es la reacción del PSOE que "medirá con mucho cuidado la reacción en la calle" a su propuesta de diálogo entre partidos políticos en Cataluña, vigilada por esta suerte de mediador, indican también fuentes parlamentarias. Según cuentan estos observadores, "el socialismo está al filo de resquebrajar su unidad interna", pero por el momento ha logrado recoser sus costuas 'in extremis'.

Funtes del PSOE culpan a la "falta de acuerdo con ERC y PDeCAT" la ruptura de las negociaciones que anunció la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros del viernes. "Una de sus exigencias era hablar del derecho de autodeterminación y el referéndum de independencia, algo que para nosotros no es posible, no lo ha sido nunca y en este punto hemos sido claros", explican desde el PSC. "Su insistencia y su exceso de presión ha acabado por tumbar el diálogo en estos términos", agregan. Eso sí, cuentan a Bolsamanía que la intención del Ejecutivo es "seguir hablando, pero tendrá que ser en un nuevo marco". Un escenario que tomará forma según lo que pase en la manifestación de la derecha y ultraderecha, insisten los analistas.

El partido evaluará sus opciones a partir de este lunes y se seguirá librando una dura pugna entre quienes preferirían abandonar las negociaciones con postconvergentes y republicanos, echarse atrás con los PGE y convocar elecciones y Sánchez y su núcleo duro que quiere sobrevivir a toda costa hasta 2020. En cuanto a las cuentas de Sánchez, fuentes del partido apuestan porque los soberanistas cambien su postura en los próximos días: "Saben que se han equivocado y tienen un problema", subrayan. No esconden su amargura porque reconocen que "apostar por el diálogo nos cuesta votos". "A ellos no dialogar les deja en un callejón sin salida".

"El principal problema son las elecciones del 26 de mayo, donde varios barones regionales podrían perder sus feudos", coinciden los expertos. Entre los más beligerantes, el presidente de la Junta de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha cargado con dureza contra la propuesta del notario entre partidos en Cataluña, hasta el punto que ha recibido una llamada de atención de Ferraz. Y los históricos como el expresidente del Gobierno, Felipe González, y quien fuera su exvicepresidente, Alfonso Guerra, tampoco se han ahorrado críticas contra la propuesta de Moncloa para desatascar las cuentas.

"Apostar por el diálogo nos cuesta votos. A ellos no dialogar les deja en un callejón sin salida", cuentan fuentes socialistas

"Los barones están muy atrapados y se hallan ante un gran dilema porque a menos de tres meses vista afrontan una importante cita electoral", reflexiona Pacheco i Canals. Como es obvio, temen que cualquier atisbo de claudicación ante las demandas de los independentistas provoque una desbandada de votantes que reproduzca en otras Comunidades Autónomas la debacle andaluza y coloque tripartitos de derechas en más sillas regionales.

SEMANA DE ALTO VOLTAJE POLÍTICO

Por este motivo, opina el decano del Colpis que la mesa de partidos catalanes o estatales era un brindis al sol porque "ninguno de los implicados está en condiciones de ceder". A su juicio, el presidente del Gobierno hallaría serias dificultades, ya no para abordar la autodeterminación, sino para reconstruir el Estado español o encarar una reforma Constitucional". Por otro lado, subraya que "los soberanistas están en las mismas" y no aceptarán una salida como un nuevo Estatut de Autonomia.

Por este motivo, fuentes conocedoras han explicado a Bolsamania que Moncloa reconducirá el espacio de diálogo con el fin de "enmendar o corregir la sentencia del juicio del procés, sea esta cual sea". El politólogo, en cambio, desconfía de que dentro de unos meses, cuando Manuel Marchena y los otros seis magistrados a cargo del juicio lleguen a sus conclusiones, el escenario haya variado lo suficiente como para que "la mesa de diálogo tenga capacidad de intervenir".

Será con toda seguridad después de las elecciones del 26 de mayo cuando se conocerá la decisión judicial sobre los hechos del 1 de octubre. La vista oral contra los líderes del 'procés', acusados de rebelión, sedición, malversación y desobediencia, empieza el 12 de febrero y se espera que el proceso se prolongue unos tres meses. El líder de ERC, Oriol Junqueras, otros ocho exconsellers, la expresidenta del Parlament de Catalunya, Carme Forcadell y dos líderes de entidades independentistas se sentarán en el banquillo exactamente el mismo día que da inicio el debate de los Presupuestos en el Congreso.

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