• Todavía existen incógnitas en torno al mayor atentado de la historia de la humanidad
  • La actividad de Estados Unidos en su lucha contra Al Qaeda ha marcado estos últimos años
torre 11s

Después de 15 años, no se puede llenar el vacío de tres mil muertos, no se puede cicatrizar el dolor de seis mil heridos y no se puede hacer olvidar el estado de shock que golpeo a la población mundial. Pero, sí es posible intentar analizar dónde estamos, después de que aquel día cambiara la historia.

Los relojes de Nueva York marcaban las 9:00 horas del martes 11 de septiembre de 2001, cuando un avión comercial chocaba contra una de las emblemáticas Torres Gemelas, en concreto, contra el emblemático World Trade Center, provocando una enorme bola de fuego. Un grotesco acontecimiento que fue inmediatamente retransmitido por la televisión para todo el mundo.

Tras 15 minutos de enorme agitación y confusión, un segundo aparato atacó a la otra Torre. Las conjenturas iniciadas dieron paso a las certezas. Y a la mayor de las sorpresas. EEUU estaba siendo víctima de un ataque terrorista y bajo la atenta mirada de toda la población mundial.

A varios kilómetros de allí, de manera simultánea, en Washington, un tercer avión se estrellaba de manera intencionada contra el Pentágono. Mientras, se notificaba que un cuarto aparato había sido secuestrado y tenía como objetivo atentar contra La Casa Blanca. Finalmente, esta última aeronave alcanzó su objetivo y terminó colisionando en una zona campestre de Pensilvania, según señala el informe que realizó la Comisión de Investigación del 11S en su página 14.

La alarma y el desconcierto se apoderaron de Estados Unidos y del mundo ententero aquel martes. La amenaza de otro posible ataque provocó que se evacuaran edificios como el Congreso o La Casa Blanca, aunque el presidente de la nación no se encontraba en su interior.

El entonces presidente de Estados Unidos, George W. Bush, estaba en el estado de Florida realizando una visita a un colegio infantil cuando recibió la noticia. El mandatario se encontraba rodeado de niños cuando su jefe de gabinete le informó de que “la nación estaba siendo atacada” y Bush continuó con el acto, algo que muchos norteamericanos le siguen sin perdonar.

Minutos después, el presidente norteamericano abandonó el centro educativo para dirigirse a la nación mediante un discurso televisado. “Hoy, nuestros conciudadanos, nuestra forma de vida, nuestra libertad, fueron atacados en una serie de actos terroristas deliberados y mortales”, arrancaba de esta manera su mensaje. Intentaba unir a la ciudadanía señalando que “estos actos de crimen masivo intentaron hacer frágil a nuestra nación y llevarla al caos y la retirada. Pero fallaron. Nuestro país es fuerte", reivindicaba Bush.

Ante las miradas de todo el mundo, el presidente de Estados Unidos cerró su discurso: "Éste es el día en que todos los Norteamericanos se unen para dar solución a la justicia y la paz. Estados Unidos ha derribado enemigos y lo hará de nuevo esta vez". Un enemigo que tenía nombre propio: Al Qaeda.

AL QAEDA Y BIN LADEN, DE ALIADO A ENEMIGO PÚBLICO NÚMERO UNO

El mayor atentado terrorista de la historia se saldó con más de 3.000 muertos y 6.000 heridos. Según las autoridades estadounidenses, entre los fallecidos 19 eran terroristas pertenecientes a la organización que reivindicó el ataque, Al Qaeda. Aunque el FBI y la inteligencia estadounidense señalasen que se enfrentaban a “un enemigo desconocido y nada definido”, este grupo terrorista se convirtió en la gran amenaza de occidente tras este ataque.

Fundada y liderada por el saudí Osama Bin Laden, el grupo terrorista surgió de la yihad anti- soviética en Afganistán en los 80, una actividad que por entonces realizaban en colaboración con Estados Unidos. Pero las tornas cambiaron, a medida que los soviéticos preparaban su retirada, Bin Laden y sus colaboradores más cercanos decidieron capitalizar la red que habían construido para llevar a cabo la “guerra santa” a nivel global.

Al Qaeda surgió de la yihad anti- soviética en Afganistán en los 80, que realizaba en colaboración con EEUU

A mediados de los 90, Bin Laden cambió el foco de estos movimientos para que tuvieran un nuevo blanco: Estados Unidos. Un cambio de objetivo que para consultora en paz y seguridad Mabel González Bustelo fue clave para la consolidación de este grupo al “establecer un enemigo lejano”. Para los yihadistas locales, el jurar lealtad a Bin Laden y adoptar la marca Al Qaeda significaba acceso a una amplia gama de dinero, armas, respaldo logístico, experiencia y, por supuesto, entrenamiento.

Una red terrorista que se gestó, según señala el profesor de Relaciones Internacionales de la UNED, Gustavo Palomares Lerma, gracias al caldo de cultivo que creó “el abandono de los Estados Árabes por parte de la administración Bush en su cambio de política exterior”.

Los atentados del 11 de septiembre de 2001 convirtieron a Al Qaeda en una “marca conocida”, gracias a “un atentando que resultó ser de muy bajo coste para la organización pero que, se fundamentó, en un ataque coreografiado y diseñado para ser retransmitido por televisión”, apunta González Bustelo.

El grupo terrorista se expandía por entonces a lo largo de Asia y África, con Al Qaeda en la Península Arábiga (AQPA), Al Qaeda en Irak (AQI), Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) y contaba con el apoyo de los talibanes afganos. Este apoyo es lo que provocó que Estados Unidos se lanzase a “la guerra contra el terrorismo” en Afganistán, en octubre de 2001.

La campaña norteamericana en Afganistán debilitó mucho a la formación terrorista. Aunque tras este acierto, en 2003, se cometió un “grave error estratégico en Irak” apunta la consultora de paz y seguridad. Para Palomares Lerma, esta invasión tiene relación con el 11S “a partir de entonces se podía justificar conceptos como el de ‘guerra preventiva’”, aunque se conociese que el mandatario iraquí Saddam Hussein no tenía armas de destrucción masiva ni vínculos con Al Qaeda, que fue la justificación de esta intervención.

La mala operación en Irak y su posterior abandono provocaron que Al Qaeda se aprovechara de este caos para resurgir de sus cenizas, convirtiendo a Al Qaeda en Irak (AQI) en la rama más poderosa de la organización y convirtiéndose en el embrión del autoproclamado Estado Islámico.

En mayo de 2011, Estados Unidos anunció que había logrado abatir a Osama Bin Laden en una operación especial, dando por finalizada la operación que arrancaba tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.

¿FUE EL 11S UNA OBRA DE AL QAEDA EN EXCLUSIVA?

A lo largo de estos 15 años se ha debatido mucho sobre la autoría de este ataque. Incluso hay teorías que dudan de la auténtica autoría de los ataques.

Algunas teorías alternativas a la oficial apunta la involucración de los agentes secretos de Israel o Pakistán, o incluso el Gobierno de Estados Unidos

El profesor de Relaciones Internacionales de la UNED, Gustavo Palomares Lerma, considera que hay que tener prudencia con este tipo de teorías, aunque sí es seguro que “el atentando cambio el equilibrio político-militar en Estados Unidos. Y, los partidarios de uso de la fuerza encontraron ‘la excusa perfecta’ para justificar sus actividades” señala.

Por su parte, Mabel González Bustelo considera que “sembrar la duda es muy sencillo, aunque, después de 15 años, sigue existiendo la incógnita del papel saudí en los atentados”, señala la consultora en paz y seguridad, en referencia, al informe oficial de la Comisión de Investigación del 11-S de 28 páginas, donde se menciona que agentes de los servicios de inteligencia de Arabia Saudí cooperaron con varios de los secuestradores del 11-S.

"NO HEMOS APRENDIDO DEL 11S"

El 11S marcó un antes y después en la concepción del terrorismo. Los grupos terroristas ya no realizaban solo una actividad local, sino que dieron paso a una globalización del terrorismo. “Se está combatiendo nuevas actividades terroristas con herramientas antiguas. No hemos sabido encontrar nuevos métodos eficaces en esta lucha y, en cambio, el terrorismo se encuentra en un constante actualización. No hemos aprendido del 11S”, apunta Palomares Lerma.

El experto hace referencia a la creación de una prisión en la base militar de Guantánamo (Cuba), la apertura de numerosos centros clandestinos de detención de la CIA en Oriente Medio y el norte de África, donde se han denunciado torturas de todo tipo, y la emergente actividad en estos últimos años del temido Ei fruto de una mala estrategia tras los atentados del 11S como apunta Mabel González Bustelo: “Al Qaeda y la invasión de Irak han sido los ingredientes del EI y, en estos momentos, es una amenaza mucho mayor que su predecesor. En estos tiempos vivimos en una sicosis de seguridad, pero no en un mundo más seguro”,sentencia la consultora de paz y seguridad.

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