• La ministra Fátima Báñez adelantó el dato en la Comisión del Pacto de Toledo
  • La rentabilidad se reduce frente a años anteriores, pero bate a la mayor parte del sistema privado
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El sistema público de pensiones acumula problemas. Uno de ellos es la rentabilidad del Fondo de Reserva, que se reduce paulatinamente respecto a años anteriores por la dependencia de la renta fija en un escenario de tipos cercanos al 0%. Sin embargo, pese a esta tendencia a la baja, la 'hucha de las pensiones' supera con el retorno logrado en 2016 al 90% de los planes del sistema privado. Un porcentaje que se dispara hasta el 97% si sólo se tienen en cuenta los vehículos de deuda.

La sostenibilidad de las pensiones es ya algo más que un desafío para España. Ni siquiera la “cuasi-congelación” de las cuantías que cobrarán los jubilados desde ahora y durante las próximas décadas, como lo describe el economista José Ignacio Conde-Ruiz en un informe publicado por Fedea, garantiza la supervivencia del sistema en los parámetros actuales.

Las pensiones se revalorizarán un 0,25% en 2017, por debajo del IPC esperado, que podría alcanzar en promedio el 2%, según las estimaciones del panel de economistas de Funcas. Pero esta pérdida de poder adquisitivo no es suficiente, y el Ministerio de Empleo y Seguridad Social se prepara para seguir utilizando el Fondo de Reserva e, incluso, utilizar la emisión de deuda pública por parte del Tesoro. “Todo el Estado estará disponible para asegurar el pago de las pensiones”, confirmó la ministra Fátima Báñez el viernes en la Comisión del Pacto de Toledo del Congreso de los Diputados.

La 'hucha de las pensiones' acabó 2016 con 15.195 millones de euros, apenas una cuarta parte de la cantidad que llegó a tener en 2012. El fondo público se creó para administrar las desviaciones entre ingresos y gastos de la Seguridad Social, que según las estimaciones del Ministerio acabó el pasado año con un déficit del 1,7% del PIB. Es decir, cerca de los 18.000 millones de euros.

El Fondo de Reserva se gestiona como un plan de pensiones, aunque en los últimos años ha sufrido muchos más reembolsos que aportaciones porque ha tenido que salir al paso de los mayores desembolsos exigidos para poder pagar las pensiones. Su inversión se centra principalmente en la deuda pública española, aunque hasta un 55% de la cartera puede estar expuesta a títulos emitidos por los estados de Alemania, Francia y Países Bajos. Asimismo, tiene la posibilidad de incorporar a sus inversiones instrumentos emitidos por el Instituto de Crédito Oficial (ICO).

Estas directrices limitan la rentabilidad del Fondo de Reserva, que se encuentra con el problema añadido de que las rentabilidades tienden a reducirse a medida que tiene que incorporar nuevos activos para cubrir los vencimientos de los antiguos, debido a las menores rentabilidades de los bonos en la actualidad frente a hace entre cinco y diez años. Especialmente, “el Fondo de Reserva compró bonos españoles cuando nadie los quería, en plena crisis de deuda, lo que ha permitido tener retornos altos durante estos años”, explica Ignacio Zubiri, catedrático de la Universidad del País Vasco.

El Fondo de Reserva compró bonos españoles cuando nadie los quería, en plena crisis de deuda, lo que ha permitido tener retornos altos durante estos años

En este sentido, Báñez adelantó el viernes que la rentabilidad obtenida por el fondo fue del 4,55% en 2016. Un rendimiento inferior al 4,79% de 2015 y al 5,06% de 2014, mientras que está en línea con el 4,56% de 2013. “El resultado se reduce por los bajos tipos de interés”, explicó la ministra. No obstante, está muy por encima del coste de la emisión de deuda pública en la actualidad. También supera con creces a los retornos medios logrados por la industria privada.

De hecho, casi triplicó el resultado promedio del sector de planes de pensiones individuales, que obtuvo una rentabilidad media del 1,82% en 2016. Sólo la categoría de renta variable, con un 4,71% de media, tuvo un registro superior. El resto se quedó por debajo: renta fija a corto plazo, con un 0,36%; renta fija a largo plazo, con un 1,27%; renta fija mixta, con un 0,83%; renta variable mixta, con un 2,76%; y el de garantizados, con un 2,11%.

Así, el fondo público superó el pasado año con su retorno al 90% de los 1.102 planes de la industria -teniendo en cuenta sólo los que tienen al menos un año de vida-, según los datos publicados por la patronal de gestoras, Inverco. Un porcentaje que aumenta hasta el 97% si se tienen en cuenta sólo los 225 planes de pensiones de renta fija. Por su parte, en renta variable lo hace mejor que el 69% de los 166 vehículos. Mientras que entre los productos mixtos -que invierten en deuda y en acciones- bate al 91% de los 380 que hay disponibles desde el inicio de 2016 para el ahorrador particular.

De esta forma, la 'hucha de las pensiones' saca los colores a los gestores de planes privados. Una de las razones es que no computan en este caso las comisiones que reducen las rentabilidades netas en la industria. La otra es que la tendencia de tomar dinero del fondo favorece el retorno final. Es decir, cada vez que el Fondo de Reserva realiza nuevas inversiones compra bonos con una rentabilidad inferior a los activos que tiene en cartera. Algo que sufren la mayor parte de planes privados. Sin embargo, el déficit continuado de la Seguridad Social hace que el comité de gestión -presidido por el secretario de Estado, Tomás Burgos- apenas acuda al mercado y no deteriore el rendimiento de sus inversiones. Por ello, la rentabilidad se reduce en menor medida que en los planes privados, aunque la tendencia igualmente es de una disminución prolongada cuyo límite no está muy por encima del 0%, lo que a medio plazo es un problema adicional para la cuestionada sostenibilidad del sistema.

LOS QUE SÍ BATEN A LA 'HUCHA' EN RENTA FIJA

Entre los 225 planes de pensiones privados individuales de renta fija -activo en el que se centra el fondo público- para los que hay datos de rentabilidad en 2016, sólo 7 mejoran el retorno logrado por el Fondo de Reserva. Es decir, apenas el 3%, según las estadísticas de Inverco comparadas con el dato anunciado por Báñez. Todos ellos tienen un enfoque de inversión centrado en la deuda a largo plazo. El más destacado es el PlanCaixa Proyección 2029 con un 7,77%. Un producto de CaixaBank que captó en términos netos algo más de dos millones de euros y elevó el patrimonio hasta cerca de los 46 millones.

Los siguientes también son de CaixaBank y con la deuda pública emitida y cotizada en los mercados de la OCDE como su universo de inversión. En concreto, son el PlanCaixa Futuro 2026, con un 6,86%; el PlanCaixa Futuro 160, con un 6,49%; y el PlanCaixa Futuro 170, con un 6,06%; ganan al Fondo de Reserva. También hace lo propio, cerrando este grupo de siete planes privados, el Plan de Vida Futuro 155, con un 4,85%.

Entre medias se sitúan dos planes de Kutxabank y de BBVA. El primero es el Kutxabank Plus 7, con un 5,67% en un año en el que los reembolsos superaron a las entradas de capital en 16.000 euros. El plan gestiona 8,5 millones. Por su parte, el BBVA Colectivos RF obtuvo un 5,35%. El plan de BBVA registró mayores prestaciones que aportaciones -con una diferencia de 171.000 euros-, y acabó el año con 4,7 millones de euros.

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