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Reuters

2018 pasará a la historia de Wall Street por haber sido el primer año bajista para la Bolsa de Nueva York desde la crisis financiera de 2008. Un ejercicio excepcional, marcado por los máximos históricos registrados por los índices neoyorquinos en septiembre y octubre, pero que será recordado sobre todo por el fuerte desplome posterior del 20% desde los mencionados récords.

El mes de enero comenzó con una fuerza extraordinaria, gracias al efecto alcista que tuvo la reforma fiscal aprobada por la Administración Trump justo a finales del año pasado. Sin embargo, la corrección que se produjo en febrero, superior al 10% y caracterizada por un fuerte repunte de la volatilidad, ya indicó que el año no iba a ser tan extraordinariamente alcista y tranquilo como lo fue 2017.

Y aunque los índices siguieron avanzando, liderados por el sector tecnológico, hasta marcar nuevos récords en septiembre y principios de octubre, algunos expertos como los de Morgan Stanley ya habían anticipado que esa escalada alcista no era sostenible y que una corrección importante estaba cerca.

POWELL Y LA FED

Y la caída comenzó a principios de octubre, motivada por unas declaraciones poco afortunadas del presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, durante un coloquio económico. “Puede que pasemos de ser neutrales, pero estamos muy lejos de ser neutrales en este punto, probablemente", comenzó el banquero central.

Unas palabras que no gustaron a los inversores y fueron la excusa perfecta para que las 'manos fuertes' comenzaran a vender acciones de manera agresiva. Y aunque posteriormente fueron matizadas, el daño para las bolsas fue importante.

"Las tasas de interés siguen siendo bajas para los estándares históricos, y se mantienen justo por debajo del amplio rango de estimaciones del nivel que sería neutral para la economía, es decir, que no aceleran ni ralentizan el crecimiento", rectificó Powell a finales de noviembre.

Pero el presidente de la Fed ha demostrado en 2018 que no sabe, o que no le importa demasiado, provocar ganancias en Wall Street. En su última rueda de prensa tras la reunión de diciembre de la Fed, disgustó a los inversores al comentar que la reducción del balance del banco central seguía “en piloto automático”.

Su mensaje de que los tipos no subirán tan rápido como en el presente año, donde la Fed ha subido los intereses en cuatro ocasiones, hasta el 2,25%-2,50%, no ha impresionado a los inversores.

POSIBLE INVERSIÓN DE LA CURVA DE TIPOS

Ha sido y seguirá siendo otro de los grandes temas del año. La posible y cada vez más cercana inversión de la curva de tipos en EEUU entre los bonos a 10 y 2 años. La rentabilidad del 10 años termina el año en el 2,73%, mientras la del 2 años lo hace en el 2,53%.

Un diferencial de 20 puntos básicos que incluso se ha estrechado hasta los 13 puntos básicos en diciembre. El miedo del mercado es que las últimas recesiones en EEUU han estado precedidas de una inversión de la curva de rentabilidad de estos bonos.

Y aunque el propio Powell ha señalado que esta vez “será diferente” porque la dinámica de la inflación se ha suavizado mucho en los últimos año, lo cierto es que EEUU va camino de superar el próximo año su ciclo de expansión económica más largo de su historia. Por ello, los inversores anticipan que, más temprano que tarde, se producirá una recesión o un frenazo económico importante en EEUU y, por extensión, a nivel mundial.

CAÍDAS DE LOS FAANG STOCKS

Es otro de los grandes asuntos de 2018. La gran corrección de las tecnológicas americanas como Facebook, Apple, Amazon, Netflix y Google. Estos valores, que habían liderado el último tramo alcista de Wall Street, han visto cómo su extraordinario comportamiento bursátil se acababa en apenas dos meses.

Una corrección que ya había sido anticipada por algunos expertos pero que no por ello ha dejado un sabor muy agridulce para los inversores. Su corrección ha supuesto un 'mini crash' para el Nasdaq, que se ha llegado a desplomar casi un 25% desde su récord del pasado 3 de octubre.

GUERRA COMERCIAL

“La realidad es que las cosas no pintan bien para 2019 porque hay muchos riesgos que preocupan a los inversores”, asegura Naeem Aslam, analista de Think Market. “Por ejemplo”, añade, “los primeros problemas son el caótico proceso de salida de Reino Unido de la Unión Europea (Brexit) y las negociaciones comerciales entre China y EEUU”.

Sobre este segundo asunto, los expertos de Link Securities afirman que tanto Donald Trump como Xi Jinping están interesados en “poder presentar” algún tipo de acuerdo a la opinión pública y creen “que lo terminarán haciendo, ya que les beneficia tanto a nivel político como económico”.

En cualquier caso, la combinación de varios factores, como el endurecimiento monetario de la Fed, el final de la época del dinero barato, la madurez del ciclo económico en EEUU y del mercado alcista en Wall Street hacen prever a los expertos un 2019 complicado, que estará marcado por una gran volatilidad. Habrá oportunidades para los inversores, pero será complicado aprovecharlas.

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