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Erdogan.

Turquía sigue siendo el elefante en la habitación. La inflación turca está en el 24,5%, máximos desde agosto de 2003, como destaca un informe elaborado por Nomura sobre los mercados emergentes.

Los precios al consumidor se vieron elevados un 6,3% el pasado mes de septiembre (su nivel más alto desde enero de 2003) y, aunque la inflación se ha visto reducida en los últimos meses, "es demasiado pronto para decir que lo peor ya ha pasado".

Un informe elaborado por Nomura insta al país otomano a volver a subir los tipos de interés

Todas las miradas de los inversores se deben centrar ahora en la próxima vista judicial del pastor estadounidense, que definirá si el conflicto entre EEUU y los de Erdogan acaba (o no) de forma amistosa, lo que reduciría las presiones sobre el banco central turco para poder seguir saneando su (todavía) maltrecha economía.

Con todo, independientemente del resultado de este procedimiento judicial, Nomura asegura en su informe que el organismo monetario turco "deberá subir los tipos de nuevo en su próxima reunión, el 25 de octubre, porque mantener los tipos actuales por debajo de la actual inflación no ayudarán a sus esfuerzos a reconstruir la credibilidad de la entidad".

El índice de precios al consumidor (IPC) repuntó un 6,3% el pasado mes de septiembre, rebasando ampliamente el consenso del mercado, establecido en el 3,4% (y las previsiones de Nomura, fijadas en el 3,7%). En lo que va de 2018, la inflación en términos generales se ha visto acelerada hasta un 24,5%, desde el 17,9% registrado el pasado mes de agosto.

"ES PRONTO PARA CREER QUE LA INFLACIÓN NO VA A SUBIR MÁS"

Desde Nomura aseveran que "todavía es pronto para creer que la inflación ha alcanzado su pico más alto". A todo ello se ha sumado el incremento de la demanda acumulada. Por su parte, el precio del gas natural de los hogares se vio elevado un 9% el pasado 1 de octubre, aunque "probablemente serán necesarias más subidas para equilibrar el balance de Botas, la gasística propiedad del estado".

Precisamente, hace tan solo unos días el Ministerio de Comercio turco rechazó la idea de subir un 25% los precios del pan, pero la necesidad de elevar los costes sigue existiendo por mucho que el Gobierno de Erdogan pueda aspirar a ignorarla. Y luego está el petróleo. Los precios del crudo se han mantenido apenas sin cambios desde el pasado mes de mayo, pero "como los precios del petróleo a escala mundial sigan subiendo, puede que el Gobierno no acabe teniendo más alternativa que permitir una subida de precios".

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