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La subida de tipos de interés por parte del Banco Central de Turquía del pasado jueves fue recibida positivamente por los mercados, pero, una vez enfriado el primer efecto alcista en la lira, los analistas consideran que no será suficiente para solventar la crisis turca. Y las entidades expuestas al país, como BBVA, no están fuera de peligro.

"Mejor tarde que nunca", opinó Inan Demir, analista del holding financiero Nomura, que consideró que, de haberse tomado esta medida en julio o agosto “podrían haberse prevenido algunas de las presiones inflacionarias debido a la persistente debilidad de la divisa”.

Para Demir, la subida de tipos no enmendará el daño a los balances corporativos infligido por la depreciación de la lira y señaló la persistencia de tensiones geopolíticas con Estados Unidos y la aprobación de otras medidas fiscales o crediticias equivocadas como los principales riesgos para la recuperación de la divisa turca.

Analistas de la sociedad suiza para servicios financieros UBS también consideraron la medida como necesaria, al menos a corto plazo. "Creemos que, a menos que se materialicen riesgos negativos - principalmente, presiones externas en la lira, geopolíticas o riesgos generalizados que afecten a los mercados emergentes, o si la inflación se acelera significativamente en los próximos meses - el BCT podría mantener los tipos en el 24% hasta el final de 2018", apuntó UBS en un documento de análisis.

"LA SOLUCIÓN ES LA CONFIANZA"

La subida de tipos de interés en 625 puntos básicos hasta un 24% fue mucho más alta de lo esperado y supuso un golpe sobre la mesa del BCT tras las declaraciones del presidente Recep Tayyip Erdogan instando a un recorte en los tipos. El presidente turco respondió el viernes diciendo que su paciencia con el Banco Central "tenía límites".

Mark Mobius, el director del fondo de inversión en mercados emergentes Mobius Capital Partners, se mostró escéptico con las medidas adoptadas por el Banco Central en una entrevista realizada en la cadena estadounidense CNBC este viernes.

"Estoy de acuerdo con Erdogan de alguna forma porque la subida de tipos del banco central no es la solución", declaró Mobius. "La solución es la confianza, ganar la confianza de los inversores, no solo inversores extranjeros, sino también locales. Eso significa que tienes que implementar políticas de equilibrio presupuestario y hacer cosas que den confianza a los inversores".

Las primeras reacciones por parte de los inversores locales no sugieren que la subida de tipos vaya a ser la solución final a la crisis de la lira turca. Según informó Bloomberg el mismo jueves, empresas y particulares compraron divisa extranjera con un valor de hasta 2.000 millones tras la decisión del Banco Central.

Esta compra de divisa extranjera se produjo el mismo día que el Gobierno de Erdogan aprobó un decreto que prohibía a las entidades turcas el uso de dólares o euros en sus operaciones inmobiliarias, cuyo impacto está aún por determinar.

"Subir las tasas de interés no va a ser una solución mágica y lo hemos visto por todo el mudo, por cierto”, añadió Mobius. “Argentina es un buen ejemplo de que se pueden subir los tipos, pero si la gente no tiene confianza en lo que está haciendo el Gobierno, no tiene ningún efecto".

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