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Las subidas que han experimentado las bolsas desde el inicio del nuevo año, aupadas por la idea de que la inflación podría haber tocado techo y que los tipos de interés están a un paso de hacer lo mismo, han llenado de optimismo a los inversores. Muchos piensan que los 'tiempos felices' están aquí de nuevo, aunque los expertos insisten en pedir cautela. Y es que aún no está del todo claro si el rally de enero es real o solo la última trampa del mercado bajista.

Así lo afirma Russ Mould, director de inversiones de AJ Bell, en uno de sus últimos comentarios de mercado. Este experto apunta que no se puede olvidar que "el estado de ánimo sigue al precio", por lo que los inversores "todavía deben evaluar con frialdad si esto es realmente el comienzo del próximo mercado alcista o simplemente otra trampa del mercado bajista que atrapará a los incautos y les infligirá más dolor".

El estratega de la firma británica cree que es "comprensible" que algunos inversores estén "inclinados a pensar que los días felices están aquí de nuevo", sobre todo tras el complicado 2022 que acabamos de dejar atrás, que ha sido malo para todos los activos. Y más al ver el buen desempeño, por ejemplo, del Bitcoin, que ha subido un 40% desde sus mínimos pese al escándalo de FTX que ha salpicado a las criptomonedas.

O de Tesla, que ha repuntado un tercio y el ruido de sus coches eléctricos resuena de nuevo en bolsa. Pero, explica Mould, incluso "el fan más acérrimo de cualquiera de estos activos o valores tendrá que reconocer que ninguno de estos avances compensa los descensos registrados en 2022".

Además, dice, "las ganancias de enero tampoco rompen necesariamente la deprimente secuencia de picos más bajos y mínimos más bajos en los gráficos de precios que es tan típica de un mercado bajista en curso", por lo que la máxima que debe guiar las apuestas de los inversores ahora mismo es la precaución.

CAUTELA POR DOS RAZONES

Y es que, como indica este experto, "la cautela puede ser necesaria por otras dos razones". Primero, porque "es muy poco habitual que los líderes del mercado alcista anterior sean los favoritos del mercado por segunda vez (entre otras cosas porque muchas personas pierden la fe en ellos porque pierden mucho dinero en ellos)".

En segundo lugar, dice Mould, hay que recordar que estos repuntes "podrían ser simplemente la última trampa del mercado bajista, y las trampas del mercado bajista hacen daño".

Destaca que tras el estallido de la burbuja tecnológica de 1998-2000, se produjeron "no menos de nueve subidas importantes en el Nasdaq" que trajeron "una ganancia promedio del 23% durante la última gran caída en desgracia de las acciones tecnológicas y todo lo que hicieron fue exponer a los compradores a una nueva paliza de un mercado bajista cuando el Nasdaq se desplomó un 78% desde su pico de marzo de 2000 de 5.049 puntos hasta su punto mínimo de octubre de 2002, de 1.114 puntos".

"Dos repuntes produjeron ganancias de más del 40% y uno de más del 30%, pero aun así los compradores se vieron arrastrados a su perdición, ya que la combinación de valoraciones elevadas, grandes expectativas y decepciones en los beneficios resultó ser demasiado para que los precios de las acciones se sacudieran", insiste Mould. Y esa es la razón por la que aconseja ser cautos.

Tal y como señala, solo una de las subidas mencionadas alcanzó el máximo anterior, y cada retroceso posterior "marcó un nuevo mínimo, derrotando gradualmente cualquier sentimiento positivo de los compradores".

TODAS LAS MIRADAS PUESTAS EN LA FED

"En estos momentos, los compradores esperan la ayuda de la Reserva Federal estadounidense (Fed)", y la opinión más extendida es que un pico de inflación permitiría al banco central ralentizar el ritmo de subidas de los tipos de interés, pausarlas y, finalmente, pivotar hacia recortes de tipos.

No obstante, dice Mould, incluso si los acontecimientos se desarrollan tal y como espera el mercado los inversores "no deben olvidar que la burbuja del Nasdaq de 1998-2000 se desplomó en 2000-2002, incluso cuando la Reserva Federal recortaba frenéticamente los tipos de interés del 6% al 1,25%".

El estratega de AJ Bell recuerda que el banco central estadounidense subió los tipos del 4,50% al 6,00% en 1999 y 2000 y eso ya había contribuido a "tirar de la manta y provocar una revalorización de los valores de crecimiento". Además, la Fed cambió de rumbo "solo porque los mercados y la economía se habían resquebrajado, pero necesariamente porque seguía teniendo todo el control".

"En aquella ocasión, los osos decidieron 'luchar contra la Reserva Federal', y ganaron, una vez más porque la escalada del Nasdaq había dejado las valoraciones tan altas, había animado a tantas nuevas empresas a cotizar y había puesto las expectativas tan altas que, finalmente, las acciones no pudieron mantener sus precios y las nuevas emisiones inundaron a los posibles compradores y los beneficios no estuvieron a la altura", concluye.

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