"Una recesión en 2023 representa el mayor riesgo para las acciones de EEUU"

Las estimaciones de ganancias sufrirán recortes en los próximos meses, según UBP

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La lucha contra la inflación sigue siendo el principal reto al que se enfrentan los bancos centrales de todo el mundo este 2023. El endurecimiento monetario llevado a cabo para devolverla al objetivo del 2% puede llevar a las economías a sufrir una desaceleración, lo que supondrá un desafío para los mercados. "Una recesión económica en 2023 representa el mayor riesgo para las acciones de EEUU", destacan los expertos de Union Bancaire Privée (UBP).

A finales de 2022, tanto la renta variable como la fija experimentaron un repunte gracias a los rumores que apuntaban a que la Reserva Federal (Fed) podría suavizar el ritmo en las subidas de los tipos de interés. Sin embargo, su presidente, Jerome Powell, rápidamente dejó claro que la tasa final iba a ser más alta de lo esperado.

Con todo, el mercado hizo caso omiso a la advertencia del banquero central y repuntó un 14% desde octubre. Atendiendo a circunstancias históricas, este hecho ha provocado que los analistas de UBP se hayan vuelto "más cautelosos".

"Dado que la trayectoria de ganancias del S&P 500 se asemeja a las tendencias de ganancias en las primeras etapas de las recesiones de 1990 y 2001, el nivel elevado actual de valoraciones y la caída de las expectativas de ganancias presentan obstáculos para los rendimientos de las acciones en 2023", indican.

Además, añaden que "los mercados de renta variable son particularmente vulnerables a valoraciones históricamente altas y con estimaciones de ganancias corporativas demasiado optimistas".

Por ello, creen que nuevos recortes en las estimaciones de ganancias van a ser inevitables durante los próximos meses debido a "la importante desaceleración del ciclo comercial y las fuertes presiones a la baja sobre los márgenes. Creemos que los múltiplos de renta variable son demasiado altos dado el deterioro de los fundamentos, lo que nos ha llevado a trasladar parte de nuestra exposición de la renta variable a los bonos".

Ante un escenario que seguirá marcado por la volatilidad, los expertos de UBP apuestan por los fondos de cobertura. "Preferimos estrategias alternativas a la exposición direccional en renta variable, lo que ofrece cierta protección frente a nuevas caídas del mercado de renta variable", subrayan.

RENTA FIJA

En cuanto a la renta fija, las presiones sobre los rendimientos de los bonos gubernamentales van a continuar en 2023 puesto que los bancos centrales seguirán aumentando los tipos de interés en el próximo trimestre.

En EEUU, la tasa terminal se situará en un rango del 5%-5,25%, mientras que, en Europa, el Banco Central Europeo (BCE) podría acercarse al 4% en el primer semestre del año. En Reino Unido, el Banco de Inglaterra (BoE) la llevará hasta el 4%, aproximadamente. Asimismo, desde UBP, adelantan que el BCE seguirá a la Fed y al BoE reduciendo su balance el próximo año. "Reducirá sus reinversiones en 15.000 millones de euros al mes en el segundo trimestre y acelerará este ritmo en los próximos trimestres".

En este contexto, los rendimientos de los bonos gubernamentales seguirán "siendo volátiles, con riesgos alcistas, ya que los bancos centrales no se sienten cómodos con la inflación y apuntan a tasas terminales altas. Además, el techo de deuda en EEUU y un fuerte aumento de las emisiones netas en Alemania en 2023 podrían mantener la presión sobre los rendimientos. Y las rentabilidades de la periferia europea podrían enfrentarse a una presión renovada en este entorno", explican desde UBP.

Dentro de la renta fija, las estrategias preferidas por estos analistas son los bonos corporativos de grado de inversión y los fondos de cobertura. "El aumento de los rendimientos crea oportunidades para reconstruir las estrategias de carry a favor del crédito global y del high yield estadounidense en particular".

ASIA, CRECIMIENTO LENTO PERO SÓLIDO

El crecimiento en los países desarrollados se verá debilitado en los próximos trimestres y las principales economías se enfrentarán a una recesión que será más pronunciada en Europa.

En cambio, los países emergentes y, principalmente Asia, ofrecerán una perspectiva diferente en la que la recuperación será una constante. "Se prevé que los países asiáticos mantengan un crecimiento agregado del 4,2% en 2023 después del 3,6% de 2022; la tendencia positiva en la demografía, las exportaciones regionales sólidas y la posición externa cómoda son amortiguadores del dólar fuerte del pasado y el aumento de las tasas", exponen en UBP.

En el caso de China, su reapertura ofrece un contexto macroeconómico dirigido a la mejora del país. "Las autoridades quieren reactivar la demanda interna y tener la capacidad de manejar la política económica para favorecer una tendencia de crecimiento implícita de 4,5%-5% en el mediano plazo. El Banco Popular de China también entregará liquidez y apoyo monetario continuo para reactivar el crédito y ofrecer ayuda a los gobiernos locales", para impulsar la economía del gigante asiático, concluyen.

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