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Mikhail Fridman

Los sufridos accionistas de DIA están viendo un nuevo retroceso del valor en bolsa a pesar de que Mikhail Fridman (LetterOne) ya tiene presentado el folleto de la opa a 0,67 euros en la CNMV. El miércoles cerró en 0,52 euros, un 22,3% por debajo de ese precio. Lo normal en estos casos es que el valor cotice muy cerca del precio de la opa (siempre hay una pequeña prima de liquidez por vender antes de que se apruebe). Entonces, ¿a qué se debe esta diferencia?

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"El mercado concede una probabilidad entre media y baja a que la opa de Fridman salga adelante", explica un operador bursátil. "De ahí que la cotización esté a medio camino entre el precio ofrecido, 0,67 euros por acción, y el anterior al anuncio de la opa, 0,43", añade.

La cuestión es por qué le concede esa baja probabilidad. Existen tres riesgos principales, dejando aparte el más peligroso: que la banca vuelva a cerrarle el grifo como el verano pasado por culpa de la guerra por el control, lo que abocaría a DIA al concurso de acreedores.

El primero de esos riesgos es que la CNMV no apruebe la opa, algo poco frecuente -el supervisor suele pedir documentación e información adicional pero no suele tumbar las ofertas y menos aún las voluntarias- pero no imposible. La semana pasada vimos cómo se ponía enfrente de Abanca y forzaba a la entidad a retirar su opa sobre Liberbank, pese a estar asesorada por Linklaters. En el caso de LetterOne, su bufete es Pérez Llorca.

La segunda es que no le permita presentarla como voluntaria, a pesar de que Fridman no se ha pasado del 30% del capital que le forzaría a lanzar una opa obligatoria. La ley española no contempla esa posibilidad, pero algunos minoritarios han encontrado jurisprudencia europea que avala que se considere obligatoria si los accionistas no tienen más opción que acudir a esa oferta si no quieren quedarse en un valor ilíquido.

La diferencia entre ambas es que en la voluntaria Fridman puede poner el precio que quiera mientras que en la obligatoria tiene que dar un "precio equitativo", que es el de la última compra realizada por LetterOne en los últimos 12 meses: 3,64 euros. Evidentemente, si se diera ese remoto supuesto, el inversor ruso retiraría la oferta, lo que haría caer la cotización al menos hasta los niveles anteriores al anuncio.

Por último, existe el riesgo de que no acuda a la opa un mínimo del 35% del capital (adicional al 29% que ya posee), que es la condición para que tenga éxito. En ese caso, la oferta quedaría sin validez, es decir, sería como si nunca se hubiera presentado.

Es posible pero tampoco parece demasiado probable porque el grueso de los inversores institucionales (y muchos minoristas) parece dispuesto a acudir a la oferta dado que la alternativa es sufrir la fuerte dilución de la ampliación de capital de 600 millones anunciada por el consejo de DIA. Es decir, mayores caídas de la acción en bolsa.

La gran esperanza de los citados minoritarios es que suceda eso: que la opa fracase y Fridman se vea obligado a lanzar otra a un precio más alto. Pero eso sí que se antoja improbable frisando con lo imposible.

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