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Mujer de negocios.

El movimiento #MeToo también llega al parqué. En Wall Street las cosas están cambiando. Así de claro lo tiene un asesor de patrimonio: contratar una mujer en el sector es visto como "un riesgo desconocido".

En Wall Street se le conoce ya como el efecto Mike Pence, en tono de sorna, tras las declaraciones del vicepresidente estadounidense que aconseja evitar cenar a solas con cualquier mujer salvo que esté casado con ella.

El resultado hasta el momento es una tendencia hacia la segregación de género en el sector financiero. Entrevistas citadas por 'Bloomberg' a ejecutivos de más de 30 años sugieren que muchos de ellos temen el movimiento #MeToo. Precisamente, en Wall Street uno de los primeros impactos es la escasez de las mujeres en puestos de responsabilidad.

"Las mujeres están buscando formas de lidiar con esto porque afecta a nuestras carreras, es una verdadera pérdida", afirma Karen Elinski, presidenta de la Asociación de Mujeres Financieras y vicepresidenta del banco estadounidense Wells Fargo.

"Si los hombres evitan trabajar o viajar a solas con las mujeres por temor a ser acusados de acoso sexual, van a acabar recibiendo una queja por discriminación sexual en su lugar", asevera Stephen Zweig, abogado de Ford Harris. Este letrador econoce que "algunos hombres me han expresado su preocupación por recibir una falsa denuncia porque temen lo que no pueden controlar".

El tema acaba convirtiéndose en un círculo vicioso. Las mujeres necesitan de sus mentores para lograr seguir ascendiendo en su carrera, pero si éstos empiezan a aislarlas por temor a este tipo de represalias legales terminan por perjudicarlas de una u otra manera.

"No existen suficientes mujeres en puestos de alto nivel como para tutorear a una nueva generación de mujeres ejecutivas", asegura Lisa Kaufman, consejera delegada de LaSalle Securities. Por tanto, pide que los hombres den un paso adelanten y "no dejen que el miedo sea una barrera".

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