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Fitch Ratings ha rebajado la calificación que otorga a EEUU como emisor a largo plazo en moneda extranjera de 'AAA' a 'AA+'. Lo ha hecho este martes, y justifica su decisión por el "deterioro fiscal previsto para los próximos tres años", por la erosión de la gobernanza y por la creciente carga de la deuda general.

Según Fitch, "los repetidos enfrentamientos políticos por el límite de la deuda y las resoluciones de última hora han erosionado la confianza en la gestión fiscal" del país.

Cabe recordar que la agencia había puesto en revisión la nota de Estados Unidos el pasado mes de mayo, pero no ha sido hasta ahora cuando ha tomado la decisión de rebajarla. Argumentó entonces que la lucha por el techo de deuda que mantenían demócratas y republicanos era la que había motivado que se pusiera la calificación en revisión negativa.

La disputa duró meses, y no se resolvió hasta el 2 de junio, fecha en que el presidente Joe Biden firmó la ley sobre el techo de deuda, casi sobre la campana de la fecha límite que había puesto el Tesoro, el 5 de junio, si se quería evitar el 'default'.

La situación que ha provocado este enfrentamiento ha sido tal que Fitch lo ha mencionado en la nota en la que anuncia la rebaja de calificación. Tal y como explica la agencia, "se ha producido un deterioro constante de los estándares de gobernanza en los últimos 20 años, incluso en materia fiscal y de deuda, a pesar del acuerdo bipartidista de junio para suspender el límite de deuda hasta enero de 2025".

Asimismo, otra de las motivaciones que ha llevado a Fitch a rebajar la nota de EEUU ha sido el creciente déficit de las administraciones públicas. Cree la agencia que aumentará hasta el 6,3% del producto interior bruto en 2023, desde el 3,7% de 2022.

"Los recortes del gasto discrecional no relacionado con la defensa (15% del gasto federal total) acordados en la Ley de Responsabilidad Fiscal solo ofrecen una modesta mejora de las perspectivas fiscales a medio plazo", ha apuntado Fitch, que remarca que una combinación de endurecimiento de las condiciones crediticias, debilitamiento de la inversión empresarial y ralentización del consumo podría llevar a la economía a una recesión "leve" en el cuarto trimestre de 2023 y el primero del próximo año.

DESAFÍO A LA REALIDAD

La decisión de Fitch no ha gustado nada a la Administración Biden. La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, ha dicho, según recoge 'CNBC', que "desafía a la realidad rebajar la calificación de Estados Unidos en un momento en el que el presidente Biden ha logrado la recuperación más fuerte de todas las grandes economías del mundo".

Por su parte, la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, ha declarado en un comunicado: "Estoy en total desacuerdo con la decisión de Fitch Ratings. El cambio de Fitch Ratings es arbitrario y se basa en datos obsoletos", ha comentado. "El modelo de calificación cuantitativa de Fitch disminuyó notablemente entre 2018 y 2020, y sin embargo Fitch anuncia su cambio ahora, a pesar del progreso que vemos en muchos de los indicadores en los que Fitch se basa para su decisión", ha incidido Yellen.

Y afirma que "muchas de estas medidas, incluidas las relacionadas con la gobernanza, han mostrado mejoras en el transcurso de esta Administración, con la aprobación de legislación bipartidista para abordar el límite de deuda, invertir en infraestructura y realizar otras inversiones en la competitividad de Estados Unidos".

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