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La situación ha cambiado. Si hace dos meses, Fidelity pedía cautela con los bonos high yield, conocidos como bonos basura, ahora ve una oportunidad de compra. En concreto, la gestora estadounidense se ha fijado en los bonos basura europeos, que cuentan con muchos rasgos atractivos tras el deterioro de los datos macroeconómicos mundiales.

La actitud paciente de los principales bancos centrales en las últimas reuniones de 2019 también ha aumentado el encanto de este tipo de activos. Tanto la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) como el Banco Central Europeo (BCE) han adoptado una postura expansiva, lo que ha provocado que se dispare el volumen de activos con rendimientos negativos, hasta superar los 10 billones de dólares, según Fidelity. Esta cantidad supone su nivel más alto desde 2016.

Este escenario anima a los inversores a decantarse por los bonos basura, ya que los rendimientos de la deuda pública están volviendo a los mínimos históricos en algunos casos. En el caso específico de Europa, estos activos son más atractivos porque están más cerca de sus máximos de cinco años que el resto de bonos high yield. Y eso que parece que se vislumbra luz al final del túnel del Brexit, tras reducirse las posibilidades de una salida sin acuerdo, y de que en Italia, el partido Movimiento 5 Estrellas pierde fuerza en las encuestas.

Desde Fidelity remarcan que “los bonos europeos siguen siendo el segmento de más alta calidad dentro del universo high yield”. Basa su afirmación en que los títulos BB suponen el 72% del valor total del mercado, mientras que en EEUU y Asia, representan el 48% y el 53% respectivamente. Además, las ampliaciones del programa TLTRO por parte del BCE van a favorecer que la financiación siga fluyendo hacia los prestatarios.

FIDELITY ERA PRECAVIDO CON LOS BONOS EN FEBRERO

En febrero, los bonos basura ya vivían su mejor momento desde 2016. Aún así, Fidelity no las tenía todas consigo sobre su comportamiento futuro. Su miedo residía en que este mercado se reactivó en enero después de registrar muy pocas emisiones en diciembre y, ante esta situación, la firma temía que la rentabilidad bajase debido a un fuerte incremento de la demanda.

En el caso concreto de los bonos basura europeos adoptó un enfoque “neutral”. Aún así, destacó que ya ofrecían una compensación adecuada frente a los riesgos que acechaban a Europa, como el Brexit, que por aquel entonces tenía el 29 de marzo como fecha límite, o los comicios europeos de mayo, que aún están por celebrarse.

Respecto a los high yield estadounidenses, eran los que menos atraían a Fidelity porque los impagos que sufrían estos activos por parte de empresas y Estado no compensaba con los niveles de diferenciales que tenía. El caso contrario era Asia, donde los bonos basura sí eran del agrado de la gestora de activos estadounidense.

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