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Esto es un suma y sigue. Leas lo que leas y hables con quien hables, todo son malas previsiones para los bolsas, al menos a corto plazo. Decían desde BlackRock recientemente que prefieren estar fuera de la renta variable de los mercados desarrollados a corto, aunque a largo se consideran "constructivos" y siguen aconsejando 'sobreponderar'.

Esta visión se repite en muchos informes. Bankinter, por ejemplo, tampoco quiere condenar a las bolsas en sus previsiones para los próximos meses, aunque ve las cosas complicadas por ahora. Pese a que cree que la situación económica empeorará hasta situarnos "al borde de la recesión", entiende que los índices se están adelantando a este escenario y que, cuando esto ocurra, hacia finales de año, llegará el momento del rebote.

"Aunque volverán tiempos mejores, los inversores deben estar preparados para mercados agitados a corto plazo", insiste Rob Morgan, analista jefe de Charles Stanley.

Eso sí, no todos opinan igual, y también proliferan los que piensan que la renta variable no está descontando actualmente una recesión y que, de producirse, se verán caídas adicionales importantes en los índices. Así pues, la situación seguirá complicada a corto y podría incluso empeorar a medio-largo.

Es el caso de Citi, que en la última revisión de su estrategia de inversión publicada este miércoles señala que el mercado está descontando una desaceleración económica y que, de materializarse los riesgos de recesión, "los precios de las acciones caerían otro 10% desde los niveles actuales".

Adelantan además estos analistas que su índice global Earnings Revision (Revisión de Beneficios) lleva en territorio negativo desde febrero, con la mayoría de sectores y regiones reflejando ahora rebajas netas.

"Sólo los valores del sector de la energía están experimentando mejoras significativas. Los niveles actuales del índice sugieren un BPA (beneficio por acción) global plano durante el próximo año, aunque no (todavía) una gran contracción del BPA", explican desde Citi.

Berenberg también cree que la renta variable, a día de hoy, está descontando una desaceleración económica en lugar de una recesión. En su opinión, habrá recesión en 2023 y esto llevará a que las bolsas caigan más. De ahí que siga recomendando "vender con el rally" en lugar de "comprar con las caídas".

Por lo tanto, de forma muy esquemática, se puede decir que, en el momento actual se barajan dos escenarios bursátiles: uno malo (aunque esperanzador) y otro peor. El malo se refiere a la continuación de las turbulencias a corto plazo, pero sostiene que las bolsas están descontando ya el escenario de recesión que se materializaría en muchas zonas hacia finales de año y que, de cara al medio plazo (otoño, principios del próximo año), los índices reaccionarían al alza. El peor considera que los índices solo están descontando actualmente una ralentización económica y no una recesión y que, si ésta se produce (cosa por la que apuesta la mayoría), habrá más caídas en los índices a medio plazo.

INFLACIÓN, RECESIÓN, GUERRA, BANCOS CENTRALES... E IMPONDERABLES

La inflación disparada en medio mundo (Reino Unido anuncio este miércoles una escalada hasta el 9,4% en junio, máximos de 40 años) por el impacto de la guerra y otras variables, el temor a que se acabe produciendo una recesión también en medio mundo por la actuación agresiva de los bancos centrales, las propias decisiones de estos organismos -abruptas y, en muchos casos, incluso inesperadas-, el miedo a que los resultados empresariales decepcionen precisamente por el complicado contexto...

Todos estos aspectos describen el escenario actual en las bolsas y ninguno es positivo. Ante esta situación, es muy difícil, por no decir imposible, encontrar predicciones favorables sobre el comportamiento de los índices a corto plazo, mientras que los que creen que la situación mejorará a medio plazo para la renta variable, matizan siempre sus estimaciones avisando de que todos estos problemas pueden torcer las cosas.

A todo esto hay que sumar los acontecimientos inesperados que se están produciendo en los últimos tiempos y que, por desgracia, tienden también a ser negativos. De la crisis política en Reino Unido, a la crisis política en Italia, pasando por sustos concretos, como las últimas medidas fiscales del Gobierno español que afectan a la banca y las energética. Hace meses algunos anticipaban un verano complicado. Desde luego lo está siendo... y todo indica que también lo serán los meses que le seguirán.

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