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2022 ha terminado por fin y los inversores se preparan para un 2023 en los mercados que se afronta con optimismo, pero también con una buena dosis de cautela. Antes de adentrarnos en el nuevo año, hagamos un último repaso a algunos de los aspectos más destacados del pasado, para tomar perspectiva y posicionarnos convenientemente de cara a los próximos meses.

1. Buen comportamiento de los bancos, gracias a los tipos, y de las energéticas, mineras y petroleras, gracias a las materias primas. Las entidades financieras han sido las grandes beneficiadas de la reacción absolutamente contundente que han tenido los bancos centrales de todo el mundo ante la fuerte subida de la inflación. El incremento de los tipos ha impulsando sus márgenes netos de intereses, y son muchos los expertos que prevén que seguirán haciéndolo bien en 2023 mientras los tipos se mantienen en niveles altos el tiempo necesario para controlar la inflación.

Entre los cinco mejores valores del Ibex este año, tres son bancos (Sabadell, CaixaBank y Bankinter), lo que evidencia hasta qué punto éstos han liderado los ascensos en Europa y el resto del mundo. Precisamente, el hecho de que los bancos tengan un peso tan elevado en el Ibex es lo que ha propiciado que éste haya caído en el año mucho menos que el resto de índices del Viejo Continente.

Se ha cuestionado a las 'criptos' hasta la saciedad y va a costar lo indecible que los inversores vuelvan a recuperar la confianza

Por delante del Ibex 35, sin embargo, se sitúa el Ftse 100 londinense, que se desmarca como el mejor de los grandes índices europeos en 2022 gracias, en su caso, al peso que tienen las energéticas, petroleras y mineras, y a lo bien que lo han hecho este tipo de compañías debido al aumento del precio de las materias primas propiciado por la guerra.

Shell ha subido más de un 35% en lo que va de año, y Glencore ha repuntado más de un 40%. El Ftse 100 también se ha beneficiado del rendimiento de BAE Systems, que se ha disparado un 55% también gracias al conflicto entre Rusia y Ucrania, que ha impulsado la demanda de gasto en defensa. Bancos como Standard Chartered han contribuido igualmente a elevar el Ftse 100, con una subida de más del 35% en lo que va de año por el alza de los tipos de interés.

2. El batacazo de las grandes tecnológicas. En lo que respecta a su comportamiento bursátil, los gigantes tecnológicos de Wall Street han representado, sin duda, la cruz de 2022. Meta se ha hundido más de un 60%; Alphabet, alrededor de un 40%; Apple, en torno a un 30%; Microsoft, un 28%...

Pero, sin duda, quien se ha 'llevado la palma' ha sido Tesla, que se desploma alrededor de un 70% en 2022.

El entorno de subidas de tipos ha penalizado a estas compañías, que han visto cómo la publicidad online se estancaba, cómo la demanda se ha ralentizado, y que han sufrido el impacto de los problemas en la cadena de suministro. Esto les ha llegado a anunciar sucesivamente cientos de despidos.

Entre estas tecnológicas, cabe también incluir a Paypal, que se ha hundido un 60% ya que sus ejecutivos han reorientado la empresa para atraer y retener a los usuarios de alto valor en lugar de tratar de conseguir tantos usuarios como sea posible en la plataforma de pagos.

3. El desplome de la cotización del bitcoin... y de su reputación. La criptodivisa por excelencia, el bitcoin, se ha hundido un 65% este año. Más allá del batacazo sin precedentes, que se ha extendido al resto de 'criptos', el año 2022 podría suponer un punto de inflexión en lo que a la reputación de este mercado se refiere... y algunos añaden que incluso en lo que respecta a su continuidad.

Las fusiones y adquisiciones mundiales registraron un descenso récord en el segundo semestre de 2022

Que el 'niño bonito' del mundillo, Sam Bankman-Fried, fundador de la quebrada bolsa de criptoactivos FTX, pase a ser un estafador, no deja en muy buen lugar todo lo que rodea este mercado. Cuesta mucho que alguien apueste por estos activos a día de hoy, y mucho más que los recomiende. Se ha oído de todo este año, se ha cuestionado a las 'criptos' hasta la saciedad, y va a costar lo indecible que los inversores vuelvan a recuperar la confianza.

4. Un +190% la Bolsa de Turquía. Fuera del circuito de grandes bolsas, conviene pararse a observar lo que ha hecho la Bolsa de Turquía este año. Mientras que la mayoría han caído y, las que han subido han logrado ganancias de un solo dígito, el BIST 100 de Estambul ha ganado casi un 190% en términos de liras en 2022, su mayor subida desde 1999. Dicen los expertos que la caída de la moneda ha obligado a los turcos a proteger sus ahorros, y para ello han acudido en masa a la renta variable barata.

La propiedad de acciones turcas en manos de extranjeros se ha reducido al 32% desde alrededor del 64% hace tres años, mientras que las que están en manos de nacionales han aumentado al 68% desde el 36%, según cifras del Depósito Central de Valores de Turquía en noviembre. Los extranjeros parece que no están convencidos de invertir en un país donde la inflación está en el 85% y donde el próximo año se esperan elecciones presidenciales y parlamentarias reñidas.

5. Descenso récord de fusiones y adquisiciones (M&A). Las fusiones y adquisiciones mundiales registraron un descenso récord en el segundo semestre de 2022. Según Refinitiv, entre julio y diciembre se anunciaron operaciones por valor de 1,4 billones de dólares, frente a los 2,2 billones del primer semestre.

El volumen de operaciones cayó un 38% interanual, castigado por el aumento de la inflación y los tipos de interés, que encarecieron los préstamos y la financiación de operaciones.

"Además de la amplia desaceleración económica y la sensación general de nerviosismo que se apoderó simultáneamente de los mercados de renta variable y renta fija, la confianza de los inversores y su apetito por las fusiones y adquisiciones se vieron fuertemente mermados", comenta Victoria Scholar, experta de Interactive Investor.

Pesos pesados de Wall Street como JP Morgan y Morgan Stanley registraron fuertes descensos en sus ingresos de banca de inversión del tercer trimestre como consecuencia de la caída de las operaciones, y algunos prestamistas han tomado medidas para paliar esto. Goldman Sachs, por ejemplo, ha desvelado planes para recortar puestos de trabajo, con la supresión prevista de unos 4.000 puestos, es decir, el 8% de su plantilla. También está estudiando recortar sus primas para compensar la escasez de operaciones.

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