• La guerra comercial, la crisis turca y el Brexit siguen ahí
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Reuters

Alegría generalizada en el parqué. El Ibex no ha confirmado la aparente ruptura bajista de finales de agosto y principios de septiembre, sino que ha girado bruscamente al alza y acumula 10 sesiones seguidas de subidas. Pero quizá la euforia sea exagerada. Esta reacción no significa que el peligro haya pasado ni que, a partir de ahora, la bolsa vaya a ser un camino de rosas alcista.

Si nos fijamos en los gráficos, podríamos estar ante una vuelta en V, que consiste en que un índice baja sin parar y, de repente, se pone a subir sin parar. Estas formaciones, aunque existen, son rarísimas y normalmente están motivadas por un acontecimiento extraordinario que cambia el escenario económico o político. Cosa que no tenemos ahora.

Parece más probable que el índice español esté dibujando un hombro-cabeza-hombro invertido, la figura de vuelta alcista por excelencia. Para ello, tendría que recaer ahora sin llegar a los mínimos del 7 de septiembre (7.111 puntos), volver a rebotar y superar las resistencias que ha alcanzado en esta racha alcista. Entonces sí tendríamos una figura de vuelta y se abriría el camino a una recuperación en condiciones.

LOS RIESGOS NO HAN DESAPARECIDO

De momento, hay que esperar para ver si este escenario es correcto. Por el lado fundamental, tampoco hay muchas razones para el optimismo. Nos hemos acostumbrado a vivir con las continuas amenazas de Donald Trump y las respuestas del resto del mundo y ya casi no tienen impacto. Pero la amenaza sigue ahí y no se puede descartar, ni mucho menos, que al final estalle la guerra comercial de verdad. Y aunque no lo haga, es casi inevitable que veamos grandes restricciones al comercio internacional, con el consiguiente impacto negativo en la economía mundial.

Otra cosa con la que nos hemos acostumbrado a vivir es el Brexit y la incertidumbre que lo rodea. Pero ahora la cosa se está poniendo fea y aumentan las probabilidades de que no haya acuerdo con la UE. Un desenlacen que tendría graves consecuencias para el Reino Unido, por supuesto, pero también para el conjunto de la economía europea.

LOS EMERGENTES: LA GRAN AMENAZA

Pero si hay una amenaza importante para la bolsa española, es la crisis de las divisas emergentes. El hundimiento de la lira turca fue el detonante del batacazo de agosto, por su impacto en BBVA, que arrastró al resto de la banca. Y por el miedo al contagio, aún incipiente, a Argentina y, sobre todo, a Brasil (catastrófico para Santander y Telefónica) y a México (mortal para BBVA). Un contagio que también afectaría a hoteleras, eléctricas, constructoras y hasta la propia Inditex.

Y a este respecto, solo se han tomado tímidas medidas: una primera subida de tipos y algunas limitaciones a la operativa en divisas de los bancos. ¿Serán suficientes? El consenso opina que no y que, o bien Erdogan adopta soluciones más dolorosas, o bien la situación volverá a estallar con mayor violencia.

Por tanto, aunque la bolsa ha evitado la catástrofe, el peligro sigue ahí. Así que antes de tomar posiciones, hay que ser conscientes del riesgo que todavía se cierne sobre nuestro mercado y que no tiene pinta de desaparecer a corto plazo.

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