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Vladimir Putin, presidente de RusiaMIKHAIL KLIMENTYEV / SPUTNIK / CONTACTOPHOTO

Las sanciones a Rusia por la guerra en Ucrania empiezan a notarse. Más allá de la situación del rublo, diferentes entidades y organismos ya han advertido de los fuertes recortes en la evolución de su Producto Interior Bruto (PIB) de cara a este año. Desde Schroders también quieren poner el foco sobre cómo afectarán estas medidas que han coordinado diferentes potencias mundiales de medio mundo, comparando el caso con Irán.

Puede consultar aquí el directo especial de 'Bolsamanía' sobre la guerra.

“La larga caída en desgracia de Teherán debería servir de referencia para Moscú. Las sanciones pueden tener un historial desigual, pero dejan cicatrices profundas y duraderas en el país afectado”, advierten estos expertos. En este sentido, alertan que la reputación de Vladimir Putin, presidente ruso, ha sido completamente destruida a ojos del mundo y que puede que nunca se recupere.

Pero volviendo al ámbito económico, en Schroders se fijan en cómo quedó Irán tras la revolución de 1979 y la batería de sanciones que sufrió después ella.

Hasta ese momento, el petróleo iraní suponía un 11,5% de la producción mundial y las reformas llevadas a cabo por los gobiernos permitieron la modernización y un crecimiento anual del PIB de casi el 10%. Precisamente, esa buena evolución fue la que sembró la posterior revolución que desembocó en la república islámica actualmente vigente. Tras ella, el sah Mohammad Reza Pahleví, que tenía el apoyo de Reino Unido y Estados Unidos, fue derrocado.

Desde entonces, las sanciones han cobrado un alto precio a Irán. “Los embargos de petróleo y las restricciones tecnológicas han hecho que su principal industria sufra una falta de inversión crónica. La producción es un tercio inferior a las cifras anteriores a la revolución a plena capacidad, y el FMI estima que su precio de equilibrio del petróleo es de 400 dólares el barril”, exponen en el informe.

Por otro lado, la inflación asola al país, impulsada por la escasez generalizada y la depreciación del rial, la moneda iraní. En 40 años ha caído de los 40 riales por dólar a los 42.000, lo que supone un recorte anual del 17%.

EL CASO RUSO

Rusia, en estos momento, tiene sobre ella más de 2.000 sanciones desde Occidente, tanto a instituciones, como empresas y personas. Asimismo, se han impuesto medidas para excluir al país de los sistemas internacionales de pagos, del uso de las principales monedas de reserva y el acceso a tecnologías clave como los semiconductores.

“Parece inevitable que Rusia sufra una profunda recesión”, sostienen. Desde otras entidades, como Scope Ratings, ya han avanzado que la economía rusa se contraerá un 10% por la guerra y las sanciones, mientras que la inflación subirá hasta el 15% de media en 2022.

Todo ello pese a que desde Schroders destacan que el Kremlin había creado un fondo de guerra de 643.000 millones de dólares y había diversificado sus tenencias de divisas, más allá de las monedas occidentales, para poder resistir la presión externa. “Pero las medidas sorpresivas de los aliados occidentales para congelar los activos extranjeros del banco central ruso han hecho que los esfuerzos de Rusia sean en gran medida inútiles”.

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Moscú ha diversificado sus reservas lejos de las monedas occidentales.Schroders, fuente Banco Central de Rusia.

“De hecho, la preocupación por la escasez de divisas ha ejercido presión sobre el sistema bancario ruso y el rublo, hasta el punto de que el banco central se ha visto obligado a subir los tipos de forma agresiva y a imponer controles de capital”, explican.

En este sentido, ponen de relieve que las sanciones coordinadas, impuestas de forma rápida, suelen tener éxito, citando el análisis de las declaraciones de los gobiernos realizado por la Base de Datos de Sanciones Globales, un documento en el que se destaca también que la mitad de las medidas de este tipo no logran el resultado esperado.

Sin embargo, la acción multilateral entre las potencias de occidente parece que sí están siendo eficaces, como afirman en el escrito. De hecho, sostienen que las sanciones de la ONU provocan una reducción de más de 2 puntos porcentuales en el crecimiento del PIB per cápita en un periodo de 10 años.

“En cambio, las medidas adoptadas unilateralmente por Estados Unidos provocan un descenso de menos de un punto porcentual en un horizonte temporal más corto, de siete años”, destacan.

Hasta ahora la evolución del PIB ruso ya era “escasa”, con una media del 1,8% anual desde 2010, por lo que el paquete de sanciones coordinado por Occidente “sugiere que su crecimiento podría detenerse en la próxima década”.

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