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A los tradicionales productos de vinculación como la nómina o el seguro de hogar o vida se suman ahora otros. La banca se reinventa y, vendiendo la posibilidad de rebajar la hipoteca, trata de conseguir que el cliente contrate productos de ahorro, como los planes de pensiones o los fondos de inversión.

Ante la competencia entre las entidades en el mercado hipotecario uno de los modos más óptimos para conseguir atraer al cliente es abaratar los costes del préstamo, es decir, reducir el diferencial a convenir en la negociación de los tipos de interés.

En un escenario con subidas de tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE) y la tendencia alcista del euríbor, los bancos, dentro de los márgenes limitados que poseen, se están reinventando con el objetivo de reducir intereses gracias a las vinculaciones.

"Los bancos están comenzando a ofrecer otro tipo de vinculaciones más allá del famoso 'big three' (domiciliación de nómina, seguro de vida y seguro de hogar). Pese que sigue siendo el preferido, empieza a ser usual encontrar operaciones que permiten una bajada extra en el diferencial de la hipoteca gracias a la contratación de planes de pensiones o planes de inversión, por ejemplo, señala el responsable del departamento de Análisis Hipotecario del intermediario Hipoo, Rafael Moral.

"Hace unos años, no se le daba tanta importancia a las vinculaciones porque el euríbor tocaba mínimos históricos. Sin embargo, ahora mismo, con un euríbor que puede llegar a tocar el 4% en los próximos meses, los bancos han tenido que apostar de forma ostensible por ellas para poder abaratar unos diferenciales tan elevados", añade.

La contratación de vinculaciones y productos financieros asociados puede llegar a suponer cierto alivio para los nuevos hipotecados ante tipos fijos tan elevados y tipos variables con un euríbor tan alto. Sin embargo, hay que andarse con ojo. Y es que las vinculaciones pueden ser productos beneficiosos a primera vista, pero, en algunas ocasiones, es también posible que en el largo plazo causen un sobrecoste a sus contratantes.

"De ahí la atención que debe ponerse en este tipo de productos hipotecarios. No es lo mismo que un seguro de vida sea contratado por una persona de 30 años, que por una persona de 50, dado que los elementos a tener en cuenta como la edad, el sexo y el capital a asegurar son muy diferentes en ambos casos", advierte.

De hecho, desde el Banco de España aportan claves para ver si conviene o no la contratación de producto extra. Así, considera que hay que analizar si los productos que el banco ofrece tienen alguna utilidad para el cliente y no duplican algo que ya se tenga contratado. Además, es aconsejable tener en cuenta la rebaja de tipos que puede significar su contratación, pero también los costes que implica, y que en ocasiones hace que la hipoteca acabe saliendo más cara.

También hay que calcular el efecto que, en su caso, tendría la cancelación de estos productos y ponderar los beneficios y el riesgo de pérdidas que pueden incorporar los productos asociados, en el caso de productos de inversión.

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