• El vehículo de cinco estrellas Morningstar gestiona 430 millones de euros
  • Descarta la inversión en países emergentes considerados "no libres"
larose vermassen petercam

Los criterios de sostenibilidad e inversión responsable no están reñidos con la rentabilidad. Esta es la premisa que trata de demostrar el fondo Petercam L Bonds Emerging Markets Sustainable, un producto de deuda emergente que descarta comprar bonos de países considerados “no libres”. Y esto no impide al vehículo de Defroof Petercam sumar un 13% de rentabilidad en 2016 y batir, por tercer año consecutivo, tanto al promedio de la categoría como al índice de referencia.

El producto administra 430 millones de euros según las estadísticas de Morningstar, firma que le otorga cinco estrellas, la máxima calificación en función de su rentabilidad y riesgo. Sus gestores, Thierry Larose y Carl Vermassen, defienden en una entrevista con 'Bolsamanía' que la cobertura de inversión socialmente responsable (ISR) “ayuda a evitar riesgos de cola y a encontrar más pruebas de que un buen gobierno va de la mano con el buen desarrollo de las instituciones y buenas políticas económicas, lo que en última instancia genera un buen rendimiento de la inversión”.

Sin democracia, hay muchas posibilidades de que un país continúe atrapado en el estancamiento, con unas élites interesadas y unas clases bajas condenadas a a la pobreza

El universo de inversión de este fondo es deuda emergente en moneda local, incluyendo bonos ligados a la inflación, cupón cero y flotantes y, “en menor medida, títulos y derivados ligados al crédito, así como bonos garantizados o emitidos por gobiernos locales y nacionales, semi-gubernamentales, agencias de países emergentes e instituciones supranacionales”.

La criba inicial deja 84 países, siguiendo los principales índices de referencia de Barclays y JP Morgan para este campo. No obstante, la primera clave del fondo es reducir este segmento con un filtro basada en criterios de ISR, lo que merma el universo en 17 países “no libres y autoritarios”. Para ello, estos gestores se basan en el estudio anual de los derechos políticos y las libertades civiles que realiza Freedom House, que califica a los estados en tres grupos principales: país libre, aquellos donde hay “competencia política abierta, un clima de respeto para las libertades civiles, una vida cívica independiente significativa y medios de comunicación independientes”. Las otras dos opciones son “parcialmente libres” y “no libres”. Este último grupo se contrasta con la calificación de “autoritarios” de 'The Economist'.

El modelo de sostenibilidad que utiliza Petercam se valida cada seis meses por FISAB (siglas de Fixed Income SRI Advisory Board). Además, la exclusión de países “autoritarios” no es el único límite. “Un mínimo del 40% del total de la cartera debe ir al cuartil superior del ranking y un máximo del 10% al cuartil inferior”, señalan los gestores. “Sin democracia, hay muchas posibilidades de que un país continúe atrapado en el estancamiento, con unas élites interesadas y unas clases bajas condenadas a la pobreza”, agregan.

Así, también donde se tiene en cuenta “el bienestar de los ciudadanos” de cada economía, sin políticas que impidan la formación de una clase media “segura”. Sin ella, “se retienen demasiados beneficios de periodos anteriores, lo que significa que la demanda interna es débil, y sin un incremento del consumo que tome el relevo de la inversión, no puede desarrollarse un crecimiento sostenible”. Ejemplo de ello es la diferente evolución desde los años 60 de Brasil y Corea del Sur. “Ambos países tenían niveles de ingresos y tasas de crecimiento similares. En los 80, sin embargo, debido a la alta desigualdad en Brasil, la clase media representaba sólo un 29% de la población, en contraste con el 53% de Corea. Su clase media permitió a Corea pasar de un crecimiento impulsado por las exportaciones hacia el consumo doméstico, una transición que sólo ocurrió escasamente en Brasil”.

Las investigaciones del Banco Mundial han mostrado que hay una correlación negativa clara entre la calidad de las instituciones de los países y su tasa de impago potencial

Se trata de criterios que no han impedido la rentabilidad. Todo lo contrario, ya que el rendimiento anualizado en los últimos años -teniendo en cuenta el dato de este año- es del 8,4%. Además, los gestores reiteran que, a su juicio, disminuye el riesgo soportado por la cartera: “Las investigaciones del Banco Mundial han mostrado que hay una correlación negativa clara entre la calidad de las instituciones de los países y su tasa de impago potencial”. En este sentido, defienden que es un producto que puede estar tanto en carteras de inversores particulares como de institucionales: “Es una buena forma de añadir rendimiento, mientras el filtro de sostenibilidad limita los riesgos”.

IDEAS DE LARGO PLAZO

El filtro de sostenibilidad no es el único paso del proceso de selección, ya que le sigue un análisis de la liquidez global y del apetito por el riesgo para la asignación geográfica, lo que describen como “perfilado de riesgo 'top-down', con análisis de las dinámicas macro”, y la protección del capital al limitar la caída potencial del fondo -'drawdown', en la jerga de la industria-. Para ello, la fórmula es 'bottom up' del crédito. Es decir, de abajo hacia arriba. Lo siguiente es la selección cuantitativa de las prácticas de 'carry trade' -compra y venta de divisas para exponerse a tipos más altos-. Por último, Larose y Vermassen gestionan la duración de la cartera para moverla a lo largo de la curva de rendimiento. Además, el perfil de riesgo se determina con el estudio de correlaciones de los distintos activos y sus indicadores de volatilidad. “En función de esta evaluación, se decide en qué regiones estar sobreponderados, infraponderados o, simplemente, no invertir”. puntualizan. El análisis de los países, además, incluye “evaluaciones de los fundamentales, análisis de la estabilidad política y la voluntad para llevar reformas y los diferenciales de crédito para estimar el riesgo”.

Sobre la curva de tipos, consideran que “en las carteras de mercados emergentes, es menos relevante”. La rotación de la cartera es baja, y para que un bono salga de ésta debe haber un cambio en la estrategia: “La política de inversión está orientada a ideas con una duración de medio a largo plazo”.

Las últimas modificaciones del fondo han sido cambiar de la deuda en divisa extranjera de Serbia y la deuda en divisa local de Rumanía hacia la liquidez y bonos en moneda local de Polonia. Fuera de Europa, en Asia han reducido la exposición a la renta fija en moneda local de Indonesia y Filipinas “para construir liquidez”, explican a 'Bolsamanía'. Por último, en Latinoamérica, han disminuido la inversión en deuda de México, que está en moneda local, y “extendido la duración en deuda en divisa local de Brasil”.

UN 'SHOCK' POR TRUMP

La victoria de Donald Trump en las elecciones del pasado 8 de noviembre convulsionó los mercados de renta fija, aunque los gestores del Petercam L Bonds Emerging Markets Sustainable prevén que se disipe el efecto: “La deuda de mercados emergentes absorberá el 'shock' provocado por Trump gracias a una combinación saludable de alta diversificación entre los modelos de los distintos mercados emergentes, mayor prima de crecimiento respecto a los países desarrollados, una dinámica de menor inflación secular y una prima de riesgo históricamente atractiva frente a los rendimientos de los bonos básicos”, opinan Thierry Larose y Carl Vermassen.

Estos expertos anticipan una convergencia entre los tipos de los mercados emergentes y los desarrollados. No obstante, “esperamos que la volatilidad persista hasta enero, dado los temores sobre el futuro de las políticas monetarias y presupuestarias de Estados Unidos”. “Aprovecharemos estas oportunidades para poner la liquidez a trabajar en niveles atractivos”, añaden.

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