deutsche bank releve sa prevision annuelle pour l economie mondiale

Reembolso del 10% en restaurantes y comercios online y la devolución de hasta un 5% en las compras en grandes superficies. Con este reclamo Deutsche Bank preconcede tarjetas a determinados clientes. Pero hay que tener cuidado, puesto que estas tarjetas son revolving, por lo que el cliente que la acepte tiene que estar seguro que conoce su funcionamiento.

Aunque la concesión de este tipo de tarjeta está sujeta a la aprobación del departamento de riesgos de la entidad, Deutsche Bank está poniéndose en contacto con clientes que ya la tiene aprobada previamente sin tener que realizar ningún tipo de gestión.

La Tarjeta Shopping DB ofrece la posibilidad de aplazamiento con cuotas mensuales de un mínimo de 20 euros o 2% del límite del crédito. La devolución del consumo será válida hasta el 31 de diciembre de 2022.

En cuanto a las condiciones, sobre el reembolso del 5% por las compras en grandes superficies, el gasto máximo sujeto a bonificación es de 500 euros mensuales. El abono se efectuará el mes siguiente de haber realizado la compra, en la cuenta asociada a la tarjeta del titular del contrato con la que hayan realizado los pagos.

Respecto al resto de reembolsos, la cantidad máxima a devolver por el consumo en restaurantes es de 15 euros al mes, que se suma a los 150 euros al mes que tienen actualmente los clientes como límite máximo mensual de reembolso en el Club Descuentos DB, de manera que podrán obtener un ahorro anual de hasta 1.800 euros en compras online y 180 euros en restaurantes.

Según explica el Banco de España, las tarjetas revolving son un tipo de tarjeta en la que dispones de un límite de crédito determinado, que puede devolverse a plazos, a través de cuotas periódicas, que pueden establecerse como un porcentaje de la deuda existente o como una cuota fija. Su peculiaridad reside en que la deuda derivada del crédito se renueva mensualmente: disminuye con los abonos que haces a través del pago de las cuotas, pero aumenta mediante el uso de la tarjeta (pagos, reintegros en cajero), así como con los intereses, las comisiones y otros gastos generados, que se financian conjuntamente.

Precisamente, esta peculiaridad tiene sus consecuencias. Por una parte, si se paga una cuota mensual baja respecto al importe de la deuda, la amortización del principal se realizará a un plazo muy largo, lo que puede derivar en que tengas que pagar muchos intereses. Por otra, hace que no sea posible emitir un cuadro de amortización previo (como sí ocurre, por ejemplo, cuando contratas un préstamo), al variar la deuda y, en su caso, las cuotas mensuales a pagar.

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