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La vicepresidenta tercera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, comparece en la Comisión de Asuntos Económicos y Transformación Digital del Congreso.Pool

La Comisión Europea presenta este 27 de mayo su propuesta oficial para el Fondo de Recuperación tras la pandemia, un pantagruélico paquete de ayudas que se prevé de entre 500.000 millones y 1,2 billones de euros, del que España recibirá aproximadamente “unos 65.000 millones de euros en forma de subvenciones”, según indican los expertos de Goldman Sachs. Con su diseño final y exigentes condiciones para aquellos países destinatarios aún por decidir, expertos consultados estiman que será insuficiente y el Gobierno de Pedro Sánchez acabará por disfrutar del rescate del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), que ya está preconcedido, a pesar de que tanto la vicepresidenta Económica, Nadia Calviño, como el propio jefe del Ejecutivo han reiterado todo lo contrario.

Además, según los analistas del banco de inversión estadounidense, este fondo, que el bloque de países del norte -Holanda, Austria, Suecia y Dinamarca- quiere que sea de mínimos, a través de préstamos y que no conlleve una mutualización de la deuda ni un aumento en las contribuciones de los países a las arcas europeas, no estará operativo hasta 2021. Este hecho añade más presión para que los países periféricos agoten su parte de los 540.000 millones de asistencia aprobados hasta la fecha. España ha insistido en que sólo acudirá al fondo europeo de empleo (SURE) para seguir financiando la avalancha de ERTE y mantendrá el apoyo a las pymes a través del BEI; en cambio, no hará uso de la parte que le corresponde de los 240.000 millones de préstamos del MEDE -hasta el 2% del PIB-, para aliviar la deuda soberana.

Esta aparente determinación de seguir financiándose en los mercados no es más que una estrategia para, precisamente, no dinamitar la confianza de los inversores internacionales, asegura Albert Guivernau, profesor de Empresa y Economía de la Universidad Abat Oliva CEU. En estos momentos, el país aún coloca su deuda con facilidades, a un interés del 0,3%, por lo que de momento no necesita este rescate que supondría un ahorro de unos 2.000 millones, ya que la carga es del 0,1%. No obstante, "es una cantidad preconcedida que seguirá disponible en los próximos meses y relativamente barata, por lo que, aunque se apruebe el Fondo de Recuperación se acabará solicitando este crédito", asegura el experto.

Su pronóstico es que se dispondrá de él "poco a pco y dentro de unos meses", ya que pedirlo cuando el país se halla en plena desescalada del confinamiento supondría "un mensaje nada optimista" para los acreedores internacionales y los agentes económicos. "El Gobierno trata de huir del estigma de acudir a este mecanismo europeo, que entraña las connotaciones negativas de haber precipitado la intervención de los países periféricos en la crisis crediticia de 2012", explica Guivernau.

"No se actúa ahora para no precipitar la aguda crisis que se acabará desatando este año", prosigue el experto, que pinta un negro panorama para nuestro país. A su juicio, se verá una caída del PIB del 18% o del 19% este año, lo que dejará a la española como "la economía más afectada de la eurozona" y cuya recuperación será también más lenta. "En los últimos años se ha crecido en base al sector turístico, que ahora es el más golpeado", prosigue el profesor de la Universidad Abat Oliva CEU, "el punto de partida de la actual debacle económica es mucho peor que el de 2008 y a España le cuesta mucho generar PIB después de un fuerte recorte del crecimiento".

¿FONDO DE RECUPERACIÓN FRANCO-ALEMAN O DE LOS 'FRUGALES'?

Estas previsiones, sumadas a que los nuevos fondos europeos tardarán en llegar, acabará por forzar al ejecutivo a disfrutar de los millones ya asignados por el MEDE que, en esta ocasión, no entrañan condiciones añadidas si los fondos se destinan a gastos sanitarios relacionados con la pandemia. En cambio, el Fondo de Recuperación que estará bajo el paraguas del presupuesto plurianual 2021-2027, sí obligará a ajustes por parte de los países. "El bloque comunitario exigirá una justificación de que realmente sirva para reactivar la economía y no se destine a pagos y gastos", señala Guivernau.

Su composición y diseño está aún por decidir y las dos propuestas que figuran ahora en la 'pole', son la franco-germana, que contempla transferencias por valor de 500.000 millones de euros y la de los países llamados 'frugales' -el bloque del norte-, que aboga por préstamos. El profesor de Empresa y Economía apuesta por una fórmula mixta en que el primer tramo sea de medio billón y se entregue en forma de subvenciones, mientras otros 700.000 millones de euros se liberarán en forma de préstamos.

"Probablemente se establecerá en virtud de la legislación de la UE como un mecanismo financiero adicional mecanismo, en lugar de una entidad separada", explican por su parte los analistas de Goldman Sachs. Esto, a su vez, "implica que las decisiones sobre el presupuesto de la UE y el Fondo de Recuperación estarán estrechamente relacionados y, por lo tanto, requerirán votos unánimes de los 27 Estados miembros de la UE".

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