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Nuevo capítulo en los encargos que el expresidente del BBVA, Francisco Gónzalez, hizo al excomisario José Manuel Villarejo. En esta ocasión, el control se fijó sobre el constructor y dueño de la empresa Martinsa, Fernando Martín. El objetivo era recuperar los 80 millones de euros que debía al banco. Villarejo espió llamadas y realizó seguimientos a su círculo personal.

El encargo del BBVA se llevó a cabo a través del despacho de abogados Simmons & Simmons, que actuó como intermediario. Según aparece en los documentos a los que han tenido acceso Moncloa.com, denominados 'Informe Fish', se deja claro que el cliente final es la entidad encabezada por González.

Villarejo elaboró dos presupuestos, uno de ellos ascendía a 4 millones de euros

Además, se acuerda que el objetivo principal era "conocer en profundidad las posibles irregularidades y/o ilegales" cometidas por el dueño de Martinsa así como sus "más directos allegados", entre los que estaban familiares y "colaboradores". González pensaba que el constructor ocultaba patrimonio para evitar pagar su deuda.

La mayoría de los controles se realizaron entre noviembre y diciembre de 2009 y afectaron a las llamadas telefónicas que hizo Martín. De hecho, en los trabajos se incluían "vigilancias, seguimientos, filmaciones y controles electrónicos", además del "hostigamiento y en la medida de lo posible, boicot" de las actividades del entorno de Martín llegando, incluso, a provocar que su entorno sintiera "una inseguridad permanente".

Por su parte, Villarejo elaboró dos presupuestos. En uno de ellos, se estimaba que el coste de estos servicios se establecería "según resultados", con una duración de seis a nueve meses. Aquí, el excomisario se llevaría el 12,5% de los bienes o el efectivo recuperado, a lo que se añadiría una provisión de fondos de 575.000 euros. En cuanto al segundo presupuesto, ascendía a 4 millones de euros.

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