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España se sitúa a la cabeza de la Unión Europea (UE) en paro juvenil, siendo el país con mayor tasa, un 40,04%. Cerca de 3,1 millones de europeos menores de 25 años se encuentran en situación de desempleo.

El Banco de España ha publicado un informe en el que estudia el encaje entre la oferta y la demanda de empleo para cada tipo de titulación universitaria ofertada en España. Brindusa Anghel, Sergio Puente y Ana Regil, autores del estudio, señalan que "la tasa de paro de los universitarios españoles con edades comprendidas entre 30 y 34 años fue, en 2018, aproximadamente el doble que la de sus homólogos europeos. Por lo tanto, cabe preguntarse hasta qué punto ese diferencial puede explicarse por la distinta especialización de los universitarios españoles en cuanto a las titulaciones escogidas".

LLEGADA DEL COVID

La pandemia ha afectado a muchos de los principales sectores de nuestra economía, como puede ser el turismo o la hostelería. Alrededor de 643.000 jóvenes menores de 25 años estaban sin empleo en España en el mes de septiembre, 9.000 más que en el mes de agosto y unos 103.000 más que hace un año. El coronavirus ha ahondado en un déficit estructural del mercado laboral español, que se viene arrastrando desde hace años, como es la incapacidad para ofrecer una oportunidad laboral al talento más joven, pues uno de cada cuatro parados jóvenes en Europa posee la nacionalidad española.

La mayor destrucción de empleo la están sufriendo los jóvenes de entre 20 a 29 años según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INSS). En esta franja de edad se han producido más de un tercio de los despidos, alcanzando las 84.000 bajas de afiliados a la Seguridad Social.

¿ESTAMOS HABLANDO DE UNA NUEVA GENERACIÓN PERDIDA?

La generación más preparada de nuestra historia ya ha vivido dos crisis económicas. Criados durante el boom inmobiliario cuando comenzaron sus estudios superiores, su incipiente llegada al mundo laboral coincidió con la crisis del 2008. Ahora, ahora el Covid plantea un escenario mucho peor para nuestros jóvenes. No solo encontramos engrosando las listas del paro actual a jóvenes con una baja cualificación sino a otros, como es el caso de Alberto, un joven madrileño de 29 años, que ya habían logrado forjarse laboralmente. "Antes de la crisis del Covid había desarrollado mi carrera profesional principalmente como Revenue Manager en distintas cadenas hoteleras de carácter tanto nacional como internacional. Un trabajo bastante desconocido sobre todo para aquellas personas que no conocen a fondo el sector turístico".

Debido a la crisis del Covid, Alberto actualmente se encuentra desempleado. "Dedicándome al sector turístico la realidad es complicada puesto que la mayor parte de los hoteles están cerrados y la incertidumbre sobre el próximo año se mantiene. Me encuentro en búsqueda activa de empleo, pero también abriendo campo a nuevos sectores; es el momento de reinventarse", afirma.

En situación similar se encuentra Virginia, una recién graduada en relaciones internacionales, que se ha formado en varios países como Canadá y Polonia y que terminó sus estudios durante el confinamiento. "Con la cuarentena, y una vez terminada la carrera. ya me es imposible conseguir prácticas a través de la universidad, y por más que busco por mi cuenta no hay ninguna oferta de trabajo/prácticas referente a mi campo", señala.

La fuga de cerebros es una tendencia al alza en España desde hace varios años, cosa que la situación actual podría empeorar aún más. "Dudo mucho que en este año me logre desarrollar en mi ámbito... al menos aquí. Creo que ahora mismo hay demasiada gente en paro y las empresas están contratando a gente sobrecualificada. Es decir, que no basta con que tengas una carrera, tres idiomas, experiencias internacionales y experiencia laboral aunque no sea de tu sector, como es mi caso. Ahora lo que buscan en España es que tengas experiencia en tu sector, no sé cuántos idiomas y al menos un máster", añade Virginia.

La sobrecualificación también es un hándicap ya que, al tener tanta formación, muchos jóvenes son descartados en procesos de selección para trabajos que no lo requieren. Al tiempo, sin una oportunidad de prácticas o de empleo, no pueden acceder a trabajos de su campo de estudio ya que muchas veces se les pide experiencia hasta en puestos de becario. "Lo más común en una oferta de empleo, incluso de prácticas, es ver que exigen un mínimo de años de experiencia profesional relevante, algo que es impensable si acabas de terminar la carrera y estás buscando tu primera oportunidad laboral. Por ejemplo, yo llevo trabajando ya casi 5 años, y en vez de tener en cuenta lo activa y trabajadora que es una persona, solo se fijan en si ya sabes hacer el trabajo para el que te entrevistan sin darte alguna oportunidad", añade esta recién licenciada.

La joven está buscando también empleo fuera de nuestras fronteras y nos relata que la situación cambia fuera de ellas, por lo que se plantea emigrar en un futuro muy cercano. "En otros países europeos no has terminado ni si quiera la carrera cuando ya tienes un puesto de trabajo increíble y además de tu área de estudios. Ese es el problema que tenemos aquí y por el cual personas como yo nos planteamos irnos fuera, porque sabemos que vamos a tener algo asegurado y se nos va a valorar profesionalmente".

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