El consorcio automovilístico japonés Toyota finalizó el primer trimestre del año fiscal 2018-2019 (de abril de 2018 a marzo de 2019) con un beneficio neto atribuido de 657.306 millones de yenes (5.095 millones de euros al cambio actual), un 7,2% más si se compara con dichos tres meses del año pasado. La compañía también ha anunciado que venderá su parte en el accionariado de Isuzu.
Las operaciones de la corporación que dirige Akio Toyoda se vieron beneficiadas entre abril y junio de este año por una reducción de los gastos por importe de 60.000 millones de yenes (465 millones de euros) y registraron un incremento de 45.000 millones de yenes (348 millones de euros) en las actividades de marketing.
Desde la compañía explicaron que, sobre la base de una reducción de los costes fijos, Toyota está haciendo progresos a la hora de lograr sus objetivos operativos, que tienen previsto alcanzar al cierre del año fiscal actual.
La multinacional nipona logró unos ingresos de 7,36 billones de yenes (57.075 millones de euros) en el primer cuarto del ejercicio 2018-2019, lo que se traduce en un incremento del 4,5% respecto a los mismos meses del año previo.
Las entregas mundiales de Toyota se situaron en 2,23 millones de unidades en lo que va de año fiscal, un 1% más, al tiempo que su beneficio operativo trimestral subió un 18,9%, hasta 682.687 millones de yenes (5.292 millones de euros).
De cara al cierre del año fiscal, la compañía prevé contabilizar un beneficio neto atribuido de 2,12 billones de yenes (16.434 millones de euros), un 15% menos, mientras que la facturación anual será de 29 billones de yenes (224.806 millones de euros), un 1,3% menos.
En cuanto a las matriculaciones mundiales, la compañía automovilística ha revisado a la baja su previsión para el cierre del año, que pasa de 8,95 millones de unidades a 8,9 millones de vehículos.
RUPTURA CON ISUZU
El grupo Toyota ha anunciado su intención deshacerse "en el futuro" de la participación del 5,89% que posee en el capital social del fabricante japonés de vehículos Isuzu, aunque ambas empresas confirmaron que seguirán colaborando a través de proyectos conjuntos y que están abiertas a cooperar en nuevos campos más adelante.
De esta forma, se pone fin al acuerdo cerrado en noviembre de 2006, en el que ambas corporaciones se comprometieron a utilizar los recursos operativos de la otra en los campos de desarrollo y producción, principalmente en lo relativo a motores diésel.
En el marco de esta colaboración, Toyota adquirió una participación en Isuzu y ambas firmas acordaron darse asistencia técnica y crear una red orientada a capitalizar la sinergias obtenidas de dichos trabajos conjuntos.
