• También rebajan de positiva a estable la perspectiva sobre Santander Consumer Finance
  • La agencia cree que la adquisición de Popular "será manejable" para Santander
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Ana Botín, presidenta de Banco Santander

La agencia S&P ha reafirmado el rating de Santander tras quedarse con Banco Popular, aunque revisa a la baja la perspectiva desde "positiva" hasta "estable". La calificadora crediticia cree que el banco presidido por Ana Botín podrá absorber la entidad que dirigía Emilio Saracho.

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"Nuestra decisión de afirmar las calificaciones de Santander refleja la expectativa de que la adquisición de Popular, a pesar de su tamaño significativo y los riesgos que implica, será manejable para el banco", explica S&P Global Ratings en un comunicado. Sin embargo, añade, "creemos que (la operación) va a retrasar la mejora potencial para el perfil crediticio de Santander durante los dos próximos años", a pesar del entorno económico y operativo más positivo para la entidad en España.

Por ello, los analistas de la calificadora han empeorado la perspectiva para Santander, cuyo rating es de A- y A-2 para la deuda de largo y corto plazo respectivamente. Asimismo, ha hecho el mismo movimiento con la filial de crédito al consumo Santander Consumer Finance, con notas de BBB+ y A-2, mientras que en la filial portuguesa, Santander Totta, las calificaciones son de BB+ y B con una perspectiva que se mantiene "estable".

Santander se quedó con Popular por un euro el miércoles tras una subasta ejecutada por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) después de que la noche anterior el Mecanismo Único de Supervisión, órgano integrado en el Banco Central Europeo (BCE), considerara que el banco era "inviable" y que había "fallado o era probable que fuera a fallar". Tras ello, la Junta Única de Resolución (SRB, por sus siglas en inglés) consideró que la mejor opción era la intervención y posterior subasta, en la que Santander se adjudicó Popular y anunció una ampliación de 7.000 millones de euros.

S&P cree que la adquisición se produce en "un momento en el que los riesgos económicos y del mercado están retrocediendo"

La agencia destaca que esta operación será positiva para negocios de Santander como la financiación de pequeñas y medianas empresas (pymes), segmento en el que Popular tenía una posición destacada. De hecho, el grupo tendrá una cuota de mercado agregada del 25% entre las pymes en España. Asimismo, la incorporación de Popular permitirá a Santander tener una oportunidad para "mejorar la rentabilidad mediante el logro de una mayor eficiencia", subraya S&P.

Además, la calificadora cree que la adquisición se produce en "un momento en el que los riesgos económicos y del mercado están retrocediendo". No obstante, el proceso tiene riesgos por el tamaño elevado de Popular a pesar de "la experiencia de Santander en reestructuraciones". Así, S&P anticipa que el plan de integración provocará un "reajuste significativo" de la red de oficinas y el personal de Popular, la migración a la plataforma informática de Santander y la alineación de las prácticas comerciales y de riesgos.

Lo anterior podría provocar "problemas inesperados" para Santander, según S&P, que alargarían la reestructuración, lo que amenaza con "un mayor desgaste de negocios o una rentabilidad menor de lo esperada de la inversión". En este sentido, destaca como un elemento positivo la ampliación de capital de 7.000 millones de euros, que Santander espera completar antes de que termine el próximo mes de julio. Esto limitará el efecto en el capital ajustado por riesgo, ratio que la adquisición reducirá 30 puntos básicos frente a la estimación del 7,2% de diciembre de 2016, explica la agencia. "La compra tendrá un impacto modesto sobre el capital", añade.

Pero "la calidad de los activos pobres de Popular tendrá un peaje para Santander", advierten estos analistas. La cantidad de activos improductivos se duplicará, lo que requiere "la implementación de un plan agresivo para reducirlos", sostiene el comunicado. Santander tiene como objetivo una disminución del 50% en 18 meses, lo cual "parece un objetivo ambicioso, incluso teniendo en cuenta la buena trayectoria de Santander en los últimos años para reducir sus activos improductivos. Estimamos que el porcentaje de activos improductivos brutos de Santander podrían aumentar desde el 4,2% del crédito el 31 de diciembre de 2016 hasta el 6%, el pico de finales de 2013, al añadir los activos inmobiliarios un 3% adicional".

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