El Tren Maya de México ya tiene constructor para su primer tramo. El agraciado ha sido el consorcio formado por la portuguesa Mota-Engil y China Comunication Construction Company, imponiéndose a las propuestas que habían presentado Sacyr, FCC y otras empresas españolas, como Copasa y ASCH. Pero no está todo perdido, estas constructoras luchan ahora para adjudicarse otras partes de este proyecto que cuenta con un presupuesto de 6.300 millones de euros.
El consorcio chino-portugués tendrá que construir un tramo de 226 kilómetros que une las ciudades de Palenque con Escárcega por 525 millones. Estaba previsto que estos trabajos comenzasen justo después de firmar el contrato el próximo 30 de abril, pero la pandemia del coronavirus ha retrasado los planes y todo queda a expensas de recibir el visto bueno de las autoridades sanitarias del país azteca.
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Sí que está previsto que a finales de mes se conozca la adjudicación de los 256 kilómetros del segundo tramo, una decisión que debe tomar la institución pública mexicana para la promoción de la inversión turística, Fonatur. Uno de los favoritos para esta licitación es el consorcio que forman FCC y Carso, la filial mexicana de Carlos Slim, según el diario 'Expansión'. También peleará Sacyr por esta concesión.
La propia Fonatur fue elegida la semana pasada para operar los trenes que circularán por estas vías durante un periodo de 30 años. "El asignatario podrá prestar el servicio público de transporte ferroviario de carga y pasajeros en las demás vías del sistema ferroviario mexicano, siempre que cuente con los correspondientes derechos de paso o derechos de arrastre", se explicaba en un comunicado.
UN PROYECTO CON UN PRESUPUESTO DE 6.300 MILLONES
El Tren Maya, impulsado por el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, es uno de los proyectos de infraestructura más ambiciosos de México, con un presupuesto de 6.300 millones. Recorrerá la península de Yucatán y en su primera fase se adjudicarán un total de 951 kilómetros divididos en cinco tramos. La intención era que esta fase se comenzase a construir en verano para empezar a operar en 2023, pero todo apunta a que la pandemia del coronavirus retrasará los plazos.
Posteriormente se desarrollará una segunda fase que contará con 509 kilómetros divididos en dos tramos. En este caso, se prevén las adjudicaciones para finales de 2020, siempre y cuando se hayan recibido el visto bueno de las autoridades medioambientales pertinentes. En total, la línea ferroviaria contará con 1.460 kilómetros en los que se repartirán 18 estaciones y 12 apeaderos.
