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ING Group aumentó sus beneficios un 25% en el cuarto trimestre de 2018, hasta alcanzar los 1.270 millones de euros, según ha informado la entidad este miércoles, que apunta a que este crecimiento se debe a los mayores ingresos por comisiones y una mejora continua del negocio, además de los menores costes de riesgo. Sus acciones han subido un 6,1% al cierre de sesión de este miércoles.

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En el mismo periodo del año anterior, el banco holandés situó sus ganancias netas en 1.020 millones de euros, mientras que los analistas esperaban que ganara 1.140 millones.

El banco espera posibles aumentos en los gastos regulatorios y desafíos continuos en los mercados financieros

Al eliminar partidas excepcionales, ING obtuvo una ganancia antes de impuestos ajustada de 1.690 millones de euros, en comparación con los 1.606 millones de euros del año anterior y las previsiones de los analistas de 1.560 millones de euros.

Por su parte, los ingresos netos por intereses aumentaron a 3.570 millones desde los 3.510 millones del cuarto trimestre de 2017.

El presidente ejecutivo, Ralph Hamers, ha afirmado que la junta aumentó los ahorros en los costes, a la vez que cree en la necesidad de una mayor disciplina en este sentido. Además, espera un menor crecimiento crediticio en la banca mayorista, posibles aumentos en los gastos regulatorios y desafíos continuos en los mercados financieros.

ING ha declarado un dividendo final de 44 centavos por acción, llevando el pago total del año a 68 centavos.

UN 4% MENOS EN 2018

ING Group obtuvo un beneficio neto de 4.703 millones de euros en 2018, lo que representa una caída del 4,1% respecto de sus ganancias un año antes, como consecuencia en parte del impacto negativo de 775 millones contabilizado por la entidad holandesa tras el acuerdo alcanzado en el tercer trimestre de 2018 con la Fiscalía de Países Bajos para zanjar las investigaciones relacionadas con las deficiencias en la prevención de lavado de dinero y prácticas corruptas en su filial holandesa, ING Netherlands, entre 2010 y 2016.

"Tras el acuerdo con las autoridades holandesas en septiembre de 2018 continuamos con el programa para mejorar el conocimiento del cliente, poniendo énfasis en el cumplimiento de la regulación como prioridad clave", declaró Ralph Hamers, consejero delegado de ING Group, subrayando que la entidad sigue trabajando duro en mejorar sus registros de clientes de diligencia debida y en una serie de soluciones estructurales para mejorar las actividades de lucha contra el lavado de dinero.

"Estamos comprometidos con dirigir nuestro negocio con integridad y el cumplimiento de la regulación sigue siendo una prioridad para 2019 y más adelante", aseguró el ejecutivo.

ING llegó a un acuerdo con la Fiscalía de Países Bajos para pagar 775 millones y zanjar investigaciones relacionadas con prácticas corruptas

La cifra de negocio subyacente de ING Group en el conjunto del ejercicio alcanzó los 18.088 millones de euros, un 2,2% más que un año antes, con un incremento del 1,5% de los ingresos por intereses netos, hasta 13.916 millones, mientras que los ingresos por comisiones sumaron 2.803 millones de euros, un 3,3% más.

El pasado mes de septiembre, ING llegó a un acuerdo con la Fiscalía de Países Bajos para pagar 775 millones de euros y zanjar las investigaciones relacionadas con las deficiencias en la prevención de lavado de dinero y prácticas corruptas en su filial holandesa, ING Netherlands, entre 2010 y 2016, provocando la dimisión de su director financiero Koos Timmermans.

El acuerdo alcanzado con las autoridades holandesas supuso el pago de una multa de 675 millones de euros como reflejo de "la gravedad, alcance y duración de las deficiencias detectadas", así como de otros 100 millones de euros en concepto de restitución por el menor gasto implementado en personal y procesos por parte de ING Netherlands durante el periodo examinado.

Durante las investigaciones realizadas no se encontraron evidencias o indicios de que empleados o exempleados de la entidad naranja cooperasen de manera activa con los clientes que usaron los servicios bancarios para potenciales actividades criminales ni tampoco hay evidencias de que empleados o exempleados del banco se hubiesen beneficiado.

La entidad indicó que la ejecución de las políticas de prevención de delitos económicos y financieros dio como resultado la terminación de la relación con miles de clientes de ING durante el periodo investigado, aunque las deficiencias identificadas permitieron a los clientes usar sus cuentas para, entre otras cosas, lavar dinero durante una serie de años.

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