- Ha empezado comprar terrenos para desarrollar nueva potencia 'verde' en ambas regiones
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El carbón tiene las horas contadas e Iberdrola sigue adelante con sus planes para echar el cierre a las centrales de Lada (Asturias) y Velilla (Palencia). La clausura de sus dos últimas centrales térmicas de carbón en España -y a nivel mundial- supondrá una inversión de 54 millones y traerá nuevos proyectos renovables a ambas regiones.
La transición energética no la para ya ni un 'ministro iluminado', considera el presidente de la energética, Ignacio Sánchez Galán, que se ha reunido con los representantes de los trabajadores antes de la junta de accionistas que se celebra este viernes en Bilbao. El ejecutivo ha querido dejar claro que la descarbonización es imparable y que los avances logrados por Gobierno desde el pasado verano no tienen vuelta atrás pase lo que pase en las elecciones.
Iberdrola anunció el cierre de Lada y Velilla, que suman 874 megavatios (MW), en noviembre de 2017. Su decisión derivó en un enfrentamiento casi público con el entonces ‘iluminado’ ministro de Energía, Álvaro Nadal, que trató de impedir el cierre tramitando una propuesta de ley que murió con el cambio de Gobierno en junio.
SIN DESPIDOS Y MÁS RENOVABLES
Desde que anunció el cierre de las dos centrales, la energética ha puesto en orden los equipos en las dos plantas a la espera de obtener la autorización pertinente por parte del Gobierno. Como comprometió hace año y medio, todos los trabajadores serán recolocados y los acuerdos con los sindicatos ya se han cerrado.
La central asturiana cuenta con 90 empleados y la palentina con 80. La intención de la eléctrica es que los cierres sean lo menos traumáticos posibles y, además de las recolocaciones, tienen unos 2.000 trabajadores susceptibles de jubilación o prejubilación, teniendo en cuenta también que la energética afronta en la próxima década el cierre de plantas nucleares.
La inversión para las tareas de cierre y las medidas de mitigación en las cuencas carboneras se eleva desde los 35 millones estimados inicialmente porque la compañía prevé poner en marcha nuevos proyectos renovables en ambas regiones. Para ello, Iberdrola ya ha empezado a formar un porfolio de terrenos tanto en Lada como en Velilla donde desarrollar parques fotovoltaicos, según ha podido saber este medio. Estos planes están en línea, además, con su acelerón de inversiones en renovables en España, tal y como indicó Galán a los inversores el mes pasado.
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REVALIDAR LA PRESIDENCIA
Los accionistas de Iberdrola están llamados a renovar este viernes a Galán como presidente y consejero delegado. A sus casi 69 años, el ejecutivo tiene ganas de otros cuatro años al frente de Iberdrola y, pese a las presiones de los fondos que participan en el accionariado de Iberdrola, no parece que tenga intención de nombrar un CEO y ceder poder.
En su defensa, las cifras que ha alcanzado Iberdrola en el último ejercicio y un último premio al Mejor Gobierno Corporativo otorgado por la publicación World Finance y dado a conocer en la previa de la junta. El galardón reconoce la transparencia al mercado y las buenas prácticas de la compañía.
En su contra, que el mayor ‘proxy advisor’ del mundo, ISS, se posiciona de nuevo en contra de que Galán siga acaparando todo el poder ejecutivo como presidente y CEO. Igual que hace cuatro años, el asesor de inversiones estadounidense se manifiesta en contra de la concentración de poder y ha recomendado votar en contra de la reelección de Galán.
En la junta de 2015 logró la reelección con la oposición de un 13,5% de los accionistas presentes o representados (el cuórum fue de un 78,65%) y el número de votos en blanco y abstenciones superó a los votos en contra, como consta en el acta de la junta. Además, fue el punto más rechazado del orden del día de ese año. Si Galán es reelegido este viernes, como esperan los analistas consultados, cumplirá casi dos décadas como presidente y el cuarto de siglo en la compañía.
