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Es muy importante que las grandes petroleras diseñen una estrategia para convertirse en "grandes energéticas" y evitar las desinversiones y la mala calificación que está experimentando el sector del carbón y del petróleo en los últimos cuatro años. Un periodo en el que se está acelerando el movimiento de reducir las inversiones en combustibles fósiles y el número de instituciones que se desprenden de las inversiones en carbón se ha multiplicado por cinco.

Así lo considera Goldman Sachs, cuyos analistas han elaborado un informe sobre cómo las principales compañías de petróleo pueden adaptarse con éxito a las medidas que están aprobando los países contra el cambio climático. En él aseguran que estos grupos "han demostrado una gran capacidad para adaptarse al cambio" y "tienen muchas herramientas para lograr la transición" hacia las bajas emisiones.

"Esta transición requerirá cambios corporativos profundos" y puede dejar a las compañías dedicadas al carbón y al petróleo "financieramente desvalorizadas e infrautilizadas" la próxima década

Entre las iniciativas, la más importante y la que más puede llegar a afectar a estas empresas es la fijada para 2030, cuando se producirá la transición del carbón al gas y las renovables para la generación de energía y usos industriales. El Escenario de Desarrollo Sostenible (SDS) de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) establece que la proporción de carbón en la producción de energía disminuirá del 28% al 18%.

El cambio será impulsado por un crecimiento en la demanda de gas del 19% y de energía renovable del 50%. A esto hay que sumar una caída del 5% anual en la industria de producción de petróleo de aquí a 2030, lo que implica que se tendrá que reemplazar aproximadamente el 50% de la producción actual.

"Esta transición requerirá cambios corporativos profundos" y puede dejar a las compañías con mayor dedicación al carbón y al petróleo "financieramente desvalorizadas e infrautilizadas" la próxima década. Además, la inversión en petróleo se está viendo afectada por el "impulso de la descarbonización" debido a que "los bancos están reduciendo la financiación para nuevos proyectos de hidrocarburos".

La reacción inicial de los inversores cuando piensan en esta transición "es que conllevará rendimientos corporativos más bajos y un gasto de capital más alto". "Estamos de acuerdo en que las inversiones en energías renovables tendrán rendimientos más bajos que los negocios principales de las grandes petroleras", sin embargo, esto estará "compensado por la mejora del entorno competitivo en los negocios principales de petróleo, gas y refinación", explica Goldman Sachs.

Para enfrentarse a esto, las grandes petroleras tendrán que convertirse en "grandes energéticas". Estas compañías siempre han enfocado su negocio hacia una integración vertical del petróleo, desde la producción hasta la venta al por menor. El informe detalla que en la próxima década tendrán que integrarse hacia el gas y la energía, "aprovechando su marca y capacidades comerciales para adquirir clientes de gas y electricidad".

Goldman Sachs estima que para 2030 la energía supondrá el 10% de sus ventas y provendrán tanto del gas como de renovables. También cree que la mitad de la generación de energía será interna y la otra mitad provendrá de terceros. Mientras que la acumulación de energías renovables absorberá aproximadamente el 10% del gasto de capital de las petroleras en los próximos años.

Repsol "poco a poco se está convirtiendo en un jugador totalmente integrado de gas y energía"

REPSOL YA ESTÁ REENFOCANDO SU NEGOCIO

Las principales compañías petroleras "tienen un papel importante que desempeñar en todas estas iniciativas", entre ellas Repsol, que ya ha empezado a enfocar su negocio hacia la energía. Según el informe de Goldman Sachs, el grupo español "poco a poco se está convirtiendo en un jugador totalmente integrado de gas y energía", ya que está buscando acelerar su transición a bajas emisiones.

En general, Repsol ha establecido un objetivo para reducir la intensidad de carbón en un 3% y un 40% para 2020 y 2040, respectivamente. Además, pretende lograr una cuota de mercado de gas y electricidad de más del 5% para 2025 en España, para lo que tiene presupuestado gastos de capital por un importe de 2.500 millones de euros para 2020.

Este verano, Repsol entró en el mercado eléctrico tras comprar centrales hidroeléctricas y de gas a Viesgo. En septiembre, irrumpió en el sector de la energía solar con la adquisición de Valdesolar Hive. Es más, hace un mes, el consejero delegado de la compañía, Josu Jon Imaz, remarcó su compromiso por el gas asegurando que "no es una energía de transición, sino que es una energía para el futuro".

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