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General Motors despedirá a unos 4.000 trabajadores en la última ronda de una reestructuración anunciada a finales de noviembre, que supone una reducción de personal del 15%.
El mayor fabricante de automóviles de EEUU anunció a finales del año pasado que recortaría un total de aproximadamente 15.000 empleos y finalizaría la producción en cinco plantas de Norteamérica. En diciembre, la compañía ya despidió a 1.500 trabajadores.
“Estas acciones son necesarias para asegurar el futuro de la empresa, incluida la conservación de miles de empleos en EEUU y en todo el mundo. Estamos tomando medidas ahora, mientras que la economía general y el mercado laboral son sólidos, lo que aumenta la capacidad de los empleados afectados para continuar avanzando en sus carreras, si así lo desean", dijo el portavoz de General Motors, Pat Morrissey, agregando que la mayor parte de los recortes se completará en las próximas dos semanas y que la compañía proporcionaría a los trabajadores asalariados paquetes de despido y servicios de colocación laboral.
El presidente estadounidense, Donald Trump, entre otros altos cargos, ha criticado los planes de General Motors para finalizar la producción en plantas en Ontario, Michigan, Ohio y Maryland.
