• La deuda neta de Carillion ronda los 900 millones de libras esterlinas
  • La filial del Banco Santander en Reino Unido, entre los acreedores de la constructora
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El grupo británico de construcción y servicios Carillion ha anunciado este lunes su entrada en "liquidación forzosa con efectos inmediatos", una vez que las negociaciones que se han producido este fin de semana con sus acreedores, entre ellos la filial del Banco Santander en Reino Unido.

"A pesar de los considerables esfuerzos, las conversaciones no han tenido éxito y el consejo de Carillion ha llegado a la conclusión de que no había otra alternativa que entrar en liquidación forzosa con efectos inmediatos", ha informado la empresa en un comunicado.

De este modo, antes de la apertura de la Bolsa de Londres se han suspendido de negociación las acciones del grupo de construcción y servicios, que cuenta con una plantilla de unos 43.000 trabajadores, y se ha presentado ante los tribunales la solicitud de liquidación de la compañía.

"Anticipamos que el administrador concursal oficial solicitará al Tribunal la designación de PricewaterhouseCoopers como gerente especial para actuar en representación del administrador y anticipamos que se dará orden a tal efecto", añadió la empresa.

El colapso de Carillion llega después de que este fin de semana hayan fracasado las negociaciones con sus bancos acreedores, incluyendo HSBC, Santander UK y RBS, para conseguir una nueva línea de crédito de 300 millones de libras (338 millones de euros) ante la negativa de estos a extender una línea de financiación sin la implicación directa del Gobierno, según apunta 'Financial Times'.

La deuda neta de Carillion ronda los 900 millones de libras esterlinas (1.013 millones de euros) y un déficit de pensiones de unos 580 millones de libras (653 millones de euros), mientras que su valoración bursátil ha caído por debajo de 100 millones de libras (112 millones de euros), después de que sus acciones hayan bajado un 90% el último año.

EL BANCO SANTANDER, UNO DE SUS ACREEDORES

Los bancos internacionales y británicos estaban entre los grandes acreedores de la constructora. Precisamente las entidades financieras han sido las que han negado a Carillion que pudiese conseguir más financiación a corto plazo. En las reuniones mantenidas para mantener a flote la compañía dedicada al ladrillo, se encontraba el Banco Santander, que no ha querido desvelar de momento cual será el impacto tras la quiebra. Según varios analistas, la cuantía se eleva a una horquilla de entre 50 y 100 millones de euros.

De la misma manera, el Banco Santander tampoco ha hecho pública cual era la implicación de la entidad en Carillion y habrá que esperar a finales de enero, una vez que presente resultados la filial de la compañía española, para que se sepa.

FERROVIAL GARANTIZA LOS CONTRATOS

El grupo británico de infraestructuras y servicios Amey, filial de Ferrovial, ha asegurado que se encuentra en disposición de prestar los servicios comprometidos en aquellos contratos adjudicados en sociedades conjuntas con la quebrada Carillion, que este lunes informó de su entrada en liquidación forzosa.

Amey ha indicado que diversas 'joint ventures' formadas con Carillion son adjudicatarias de contratos de mantenimiento del Ministerio de Defensa de Reino Unido, añadiendo que los términos de dichos contratos implican que Amey seguirá prestando dichos servicios tras la quiebra de su socio.

En este sentido, la compañía explicó que durante las últimas semanas ha estado trabajando en la elaboración de planes de contingencia con la Organización de Infraestructura de Defensa y con la Oficina del Gabinete para garantizar que efectivamente puede continuar gestionando los contratos.

"Amey confirma que está totalmente preparada para seguir sirviendo a sus obligaciones contractuales sin efectos adversos para los empleados de las sociedades conjuntas o de la cadena de suministro", indicó la empresa.

NEGOCIOS EN EL SECTOR PÚBLICO

"Es un día muy triste para Carillion", reconoció Philip Green, presidente de la empresa, quien destacó los "enormes esfuerzos" realizados en los últimos meses para reestructurar la compañía.

"En los últimos días, sin embargo, hemos sido incapaces de lograr la financiación para respaldar nuestro plan de negocio y, por lo tanto, con el más profundo pesar, hemos llegado a esta decisión", añadió.

La constructora británica, responsable de edificios emblemáticos como en Reino Unido como la Royal Opera House o la galería Tate Modern, se encarga de prestar servicios públicos a hospitales, líneas de ferrocarril y el pasado mes de julio se adjudicó contratos para la construcción de la línea de alta velocidad que conectará Londres con el Norte de Inglaterra.

En este sentido, el presidente de Carillion ha señalado que el Gobierno británico prestará la financiación necesaria que sea requerida por el administrador oficial para el mantenimiento de los servicios públicos por parte de Carillion.

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