No son buenos tiempos para el sector textil. La crisis del coronavirus ha conllevado el cierre de sus tiendas en casi todos sus mercados durante largas semanas y, a pesar de que se haya disparado el comercio online y ya se haya levantado la persiana de buena parte de sus establecimientos, la luz y el brillo del pasado quedan aún muy lejos.
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Un ejemplo de lo complicado que es remontar el vuelo es Fast Retailing, la matriz de Uniqlo y el segundo mayor grupo textil del mundo sólo por detrás de Inditex. El gigante japonés acaba de presentar sus resultados de los últimos nueves meses, que abarcan desde septiembre hasta mayo. Es decir, ya con cierta recuperación en cuanto a número de tiendas abiertas en el proceso de desescalada.
En esos nueve primeros meses de su ejercicio fiscal, el grupo nipón recortó un 15,2% sus ingresos, hasta el equivalente a 12.800 millones de euros. Peor le fue a su rentabilidad, dado que su beneficio neto se hundió más de un 47%, hasta 91.475 millones de yenes, el equivalente a 758 millones de euros.
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CAMBIOS DE PLANES
Más allá de las cifras en sí, pese a que reflejen el golpe del Covid-19 para el sector, el problema de fondo es el cambio de estrategia que puede suponer y de crecimiento a medio y largo plazo. En este sentido, la matriz de Uniqlo habla de crecer, sobre todo, en Asia, lo que puede conllevar pisar el freno en cuanto a su desembarco en Europa tras abrir, en los últimos años, sus primeros establecimientos en España, en Madrid y Barcelona.
El frenazo de Uniqlo no es la única mala noticia para el sector de la última semana. En el mercado doméstico, las rebajas no tiran. Al menos, no lo hacen por el momento. Hay que tener en cuenta que los descuentos se han acelerado y adelantado este año. Inditex anticipó las rebajas de sus principales marcas, Zara incluida. Y El Corte Inglés ha hecho un movimiento similar en las últimas horas, incrementando los descuentos para relanzar el consumo.
Sin embargo, de momento falta fuelle. La patronal de las pequeñas tiendas, la Confederación Española del Comercio (CEC), ya ha adelantado que las ventas en esta temporada de descuentos son entre un 20% y un 30% inferiores a las del pasado año. Esta patronal asume que, si las cosas siguen así, dos de cada diez locales pueden cerrar cuando llegue el otoño. Quedan meses por delante, hasta finales de agosto, para concluir la temporada de rebajas pero, a día de hoy, los datos no invitan al optimismo.
