elon musk s engage a ne plus tweeter pendant un certain temps
Elon Musk, CEO de Tesla.

El lunes 4 de abril saltaba la noticia: Elon Musk se hace con un 9% de Twitter. La compra disparó los títulos de la red social después de que la Comisión de Bolsa y Valores de EEUU (SEC, por sus siglas en inglés) hiciera el anuncio. Pronto, las dudas sobre qué quiere hacer el CEO de Tesla en una de las plazas públicas mundiales empezaron a ser una de las principales preguntas que se hacían los analistas y usuarios.

“No tiene por qué ser negativo”, indica Ofelia Tejerina, profesora de Derecho Tecnológico de la Universidad de Comillas. “Puede haber cambios que hagan que la percepción social de Twitter sea distinta porque ahora se percibe como algo que revuelve mucho odio, que permite muchos comentarios molestos, demasiado desmadre. Puede haber cosas que lo mejore. Por otra parte, queda la preocupación de si esa mejora va a ser una censura”, añade.

Las dudas alrededor de los posibles cambios que plantee Musk, que entrará en el Consejo de Twitter y que, además, será director de clase II, llegan por los comentarios que ha realizado en las últimas semanas. Justo un día después de que todo el mundo publicara la noticia, el CEO de Tesla puso en su perfil oficial una encuesta preguntando a sus seguidores si querían que se añadiera un botón de editar. Ganó el ‘sí’ por un 73% de los votos.

Semanas antes, Musk hizo una publicación en la que afirmaba que “dado que Twitter funciona como la plaza pública de facto, no adherirse a los principios de la libertad de expresión socava fundamentalmente la democracia. ¿Lo que debe hacerse?”.

“El nuevo dueño debe pensar primero en para qué sirve Twitter, su finalidad, la gravedad de censurar contenidos con criterios económicos, la gravedad de orientar los contenidos en base a los criterios de dirección económica y, por último, debe pensar en que puede convertirse en algo que no guste”, indica Tejerina.

¿Habrá un lanzamiento de Twitcoin que Musk pueda bombear a sus seguidores? ¿O se convertirá ‘Doge’ en la moneda oficial de Twitter? Y lo que es más importante, ahora está en el Consejo de Administración de la empresa, ¿tendrá un papel activo en la dirección de la empresa? Está claro que la respuesta es sí, como muestran los tuits”, se pregunta Neil Wilson, de Markets.com.

Este analista también deja sobre la mesa la posibilidad de que, además de una mayor libertad de expresión o un botón de edición, Musk convierta la red social en un club privado.

“Puede impulsar la red social como negocio más allá del servicio público que presta. Si eso ocurre y lo hace pasándose de frenada puede convertir la red social en un club, algo que derivará en usuarios más selectivos y que se convierta en otra cosa”, explica Tejerina.

“Efectuar cambios en las políticas de contenido parece ser el área principal para Musk, no tratar de dirigir el espectáculo. Ya tiene bastante con Tesla y SpaceX”, indica Wilson.

En este sentido, la profesora de Comillas cree que es importante aplicar el criterio jurídico y no el económico a la administración del contenido, además de señalar a los algoritmos y su configuración, puesto que en España Twitter ya reconoció que se favorecían a los contenidos de derechas. “En esto la ley tiene mucho que decir, pero lo ha dejado bastante abierto, dejando en manos de las plataformas el poder de decisión legan en ello. ¿Ahora nos preocupa que Elon Musk tenga ese poder? Si la legislación iba por esos derroteros”, sentencia.

En este sentido, insta a que los sesgos voluntarios se dejen a un lado y se vigilen a las empresas que llegan a tener en monopolio o puede llegar a provocar la desconfianza de los usuarios. “Si se acaba desconfiando de las instituciones puede provocar problemas de seguridad estatal. Hay que poner un equilibrio potente entre el control de los contenidos, hasta dónde se permite y se exige, y luego los usuarios tenemos mucho que decir”, afirma a Bolsamanía.

Pero hay una segunda vertiente que preocupa a los analistas y es el caso de que Musk haya podido saltarse las normas de la SEC. Y es que el CEO de Tesla presentó el formulario 13G, no uno 13D, que solo se puede hacer si la inversión es pasiva.

Musk ya podría estar infringiendo la ley de valores al presentarla de esta manera... ya ha estado tuiteando sobre ello en lo que sólo podría describirse como una manera activista, sondeando las opiniones de la gente sobre las reglas y los algoritmos. O bien Musk tomó una participación pasiva en una empresa que cree que socava la democracia (parece poco probable) o, más plausible, Musk rompió la ley de valores al presentar la 13G (pasiva) donde planea hacer algo sobre lo que considera un problema importante”, señala este experto, aludiendo a los tweets publicados sobre la libertad de expresión tras las transacciones, que se llevaron a cabo el 14 de marzo.

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