El gigante energético BP registró el martes una pérdida neta para todo el año inferior a la esperada, tras unos 12 meses tumultuosos en los que la industria mundial del petróleo y el gas se enfrentó a un torrente de malas noticias. La compañía petrolera y gasística británica registró una pérdida subyacente de 5.700 millones de dólares, comparado con un beneficio neto de 10.000 millones de dólares para el año fiscal 2019.
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BP también obtuvo un beneficio neto en el cuarto trimestre de 115 millones de dólares, por debajo de las expectativas de los analistas, que esperaban 285,5 millones de dólares.
Los resultados de la empresa se producen en un momento en que las compañías energéticas intentan demostrar a los inversores que se han estabilizado gracias al aumento de los precios de las materias primas.
El sector del petróleo y el gas cayó en picado el año pasado, cuando la pandemia de coronavirus coincidió con una crisis histórica de la demanda, la caída de los precios de las materias primas, la evaporación de los beneficios, unas amortizaciones sin precedentes y decenas de miles de recortes de empleo. Es probable que se conozca como el peor año de la historia de los mercados del petróleo, según ha dicho el director de la Agencia Internacional de la Energía.
Las mayores empresas petroleras y gasistas del mundo intentan ahora dejarlo atrás, apuntando en cambio a la perspectiva de un repunte económico en 2021 y a la esperanza de una recuperación de la demanda de combustible en los próximos meses.
