banca carige

Desde que el Banco Central Europeo (BCE) decidiera la pasada semana que Banca Carige debía ser administrada por unos gestores temporales elegidos por el supervisor, la entidad no ha vuelto a cotizar en la Bolsa de Milán. Sus títulos se han quedado suspendidos en un precio de 0,0015 euros y solamente volverán a negociarse si la administración temporal ejecuta el trabajo encargado por el supervisor y este decide que es el momento de retirarla. La decisión de su vuelta al mercado, por tanto, está en manos del BCE.

El pasado 2 de enero, Andrea Enria se estrenó en el cargo de jefe de la Supervisión del BCE coincidiendo con la primera gran decisión del año del organismo que dirige Mario Draghi. El supervisor dio un golpe en la mesa al tomar las riendas de la gestión de Banca Carige, la décima entidad italiana por activos, que arrastra problemas de capital y de gestión desde hace meses.

El BCE puso al frente del banco a Fabio Innocenzi, Pietro Modiano y Raffaele Lener para garantizar la salvaguarda de la estabilidad del banco y el cumplimiento normativo tras una escalada de dimisiones que tuvo su origen en el rechazo por parte de los accionistas de lanzar una ampliación de capital de 400 millones de euros.

Al haber ejercido el BCE una intervención temprana sobre la entidad con sede en Génova, el banco no está obligado a cumplir con las obligaciones de información al mercado, lo que pone en riesgo la transparencia y la protección de los inversores. Por esta razón, el supervisor de los mercados italiano, la Commissione Nazionale per le Società e la Borsa (Consob), tomó la decisión el mismo 2 de enero de suspender la negociación de las acciones del banco y otros de sus instrumentos financieros con efecto inmediato, pero sin fecha de fin, como informó al mercado a través de un comunicado.

La suspensión es válida “mientras la administración temporal sea efectiva” y tanto las acciones del banco como el resto de instrumentos financieros suspendidos de cotización volverán al mercado cuando se establezca un “marco de información adecuado”, aclaran fuentes de Consob, por lo que la llave para su vuelta a la negociación está en manos del BCE.

Esta medida es similar a la que se aplica en España. En las últimas semanas, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) se ha visto obligada a suspender la cotización de Telepizza o de Dia al considerar que en el momento de su decisión era necesario que la compañía diera a conocer una “información relevante”. Sus cotizaciones no fueron reanudadas hasta que esa información fue hecha pública.

En este caso, será el BCE el que decida los tiempos después de haber intentado sin éxito durante meses obligar a la entidad a recapitalizarse. Su paciencia tiene un límite y más después de que el banco suspendiera su último test de estrés al quedarse por debajo del 5,5% de capital en el escenario adverso calculado en el ejercicio, el umbral de aprobado que da el mercado.

La capitalización actual de Banca Carige, que no llega a 85 millones de euros, dista mucho de la registrada en los últimos años. La entidad ha perdido el 81% de su valor en bolsa durante 2018 y el 98% en los últimos tres ejercicios. Mucho más valía en 2014 cuando Santander tuvo un acercamiento a la entidad que terminó en nada: su precio de mercado era de 700 millones de euros.

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