• Abengoa necesita financiar circulantes, es decir, los gastos habituales
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Los problemas para Abengoa continúan. La compañía andaluza necesita más dinero y para ello ha comenzado una nueva ronda de contactos. Pide a los bancos 250 millones de euros más para seguir viva tres años. Abengoa necesita financiar circulantes, es decir, los gastos habituales como las nóminas o los gastos corrientes.

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Estos 250 millones de euros también irían destinados a la refinanciación del medio y largo plazo, según apuntan fuentes conocedoras de la situación. De esta manera, sería una operación nueva al margen de la actual de la reestructuración financiera, es decir, adicionales a la cantidad que tiene que refinanciar. La compañía presidida por Gonzalo Urquijo ha comenzado a ponerse en contacto con toda la banca. Por su parte, desde Abengoa han desmentido que hayan comenzado ninguna ronda nueva de contactos por 250 millones de euros ni por ninguna cantidad.

Esta situación se está produciendo mientras Abengoa intentaba conseguir el apoyo para reestructurar su deuda. Pero no lo ha conseguido. La compañía de energía solar tenía hasta el jueves 31 de mayo para llegar a un acuerdo. Los acreedores no le han dado el apoyo que pedía. A pesar de este rechazo, Abengoa señaló que continuará trabajando para alcanzar un acuerdo “lo más beneficioso posible para todas las partes implicadas”. Y añadió que el principio de acuerdo “hubiera permitido resolver la situación”.

Abengoa necesita financiar circulantes, es decir, los gastos habituales como las nóminas o los gastos corrientes

El principio de acuerdo era con un grupo de bonistas que impugnaron con éxito el rescate del grupo el año pasado, aunque el grupo de ingeniería y renovables recuerda que la justicia mantiene vigente la reestructuración de unas deudas de más de 9.000 millones de euros. Actualmente, la deuda financiera de la compañía supera los 5.000 millones de euros. En el primer trimestre se redujo un 7%, gracias a a venta de un 25% de su participación en Atlantica Yield por 607,57 millones de euros.

La compañía comunicó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) el final del proceso de negociación que se abrió el 30 de abril para obtener el consentimiento por parte de ciertos acreedores financieros para la ejecución de ciertas acciones. Una de ellas era la autorización relativa a la reestructuración de la deuda de los impugnantes, para lo que proponía una emisión de deuda de 142 millones para refinanciarla, a lo que los otros acreedores no han dado su consentimiento.

El acuerdo de reestructuración fue impugnado por una treintena de inversores y por grandes entidades acreedoras como la aseguradora Zurich, la entidad Export Import Bank of United States o Portland General Electric Company.

Este procedimiento de solicitud de consentimiento no es extraordinario, se contempla en los contratos de financiación y ha sido utilizado en diversos momentos durante los pasados meses. En concreto, los consentimientos solicitados tenían como fin ofrecer soluciones y favorecer la continuidad de ciertas operaciones de venta y otras de carácter financiero, en línea con el plan de viabilidad aprobado, añadió la compañía.

VENTA ATLANTICA YIELD

Sin embargo, los acreedores sí que han dado su consentimiento para vender la participación del 16,47% que aún mantiene en Atlantica Yield a Algonquin Power & Utilities. El pasado mes de abril, Abengoa alcanzó un acuerdo para la venta de esta participación a Algonquin Power & Utilities, compañía que a la que ya había vendido un 25% de la 'yield' el pasado mes de marzo, por 345 millones de dólares (unos 290 millones de euros).

No obstante, esta operación aunque estaba condicionada a la autorización de ciertos acreedores financieros y, una vez obtenida, al cumplimiento de las restantes condiciones precedentes establecida en el acuerdo.

Abengoa estuvo a punto de entrar en concurso de acreedores en 2017 y lo salvó en el último momento

Asimismo, el grupo ha recibido también el visto bueno de sus acreedores para disponer del total de los fondos reservados para la finalización del proyecto de cogeneración Tercer Tren en México, una vez se complete la venta de la participación de Atlantica Yield.

Adicionalmente, la compañía ha obtenido autorización en relación a otras obligaciones de tipo administrativo de menor relevancia como la liquidación de ciertas sociedades no esenciales para la actividad de Abengoa o la extensión del plazo para la presentación de algunos informes.

CERCA DEL CONCURSO DE ACREEDORES

Abengoa estuvo a punto de entrar en concurso de acreedores en 2017 y lo salvó en el último momento. En abril del año pasado, la compañía andaluza dio por cerrada su primera reestructuración financiera por lo que evitaba, así, el mayor concurso de acreedores de la historia de España.

De hecho, Abengoa llegó a acumular una deuda de 9.000 millones de euros. En este momento se comenzaba una nueva andadura con Gonzalo Urquijo a la cabeza y una nueva composición accionarial, pero la situación no ha mejorado, con una ampliación de capital incluida.

El acuerdo de reestructuración contemplaba que los accionistas de la empresa pasaran de controlar el 100% al 5%, mientras que los bonistas y “hedge funds” tomarán el 50% de la empresa, frente al 40% para la banca acreedora. El 5% restante queda en manos de avalistas.

Los acreedores sufrieron una quita del 97%, mientras que el 3% restante quedaba articulado a través de deuda con vencimiento a diez años sin devengo anual de intereses y sin posibilidad de capitalización. En paralelo, los fondos que inyectaran los 1.169 millones de dinero nuevo sumarán el 55% del capital.

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