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15 October 2019, Belgium, Roeselare: Carles Puigdemont (L), Former President of the Government of Catalonia, speaks with N-VA`s Geert Bourgeois during Kurt Desplenter/BELGA/dpa

El espacio postconvergente se pliega a Carles Puigdemont. El PDeCAT ha acordado "transitar" hacia JxCat con la intención de evolucionar hacia una sola estructura, bajo el liderazgo del expresidente de la Generalitat. La reafirmación del exjefe del Govern, huido de la Justicia española, como cabeza indiscutible de la formación apuntala la idea de su candidatura a unas futuras elecciones catalanas, una posibilidad que sus afines agitan y que es un molesto ruido de fondo en las negociaciones entre ERC y el PSOE para la investidura de Pedro Sánchez.

El nerviosismo es más que palpable en las filas republicanas, que esperan la decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (UE) sobre la inmunidad de su líder, Oriol Junqueras, como europarlamentario. Una resolución favorable despejaría el camino a que los otros diputados electos en los comicios de mayo, Puigdemont y Toni Comín, disfrutaran de esta prerrogativa del cargo. Y daría luz verde para que los dos responsables del Ejecutivo del 1-O se midieran en las urnas.

La presión sobre 'esquerra' es absoluta por un adelanto electoral en la región que numerosas fuentes dan por sentado, con toda probabilidad entre febrero y marzo. Desde el partido temen un desgaste si dan su apoyo tácito al presidente del Gobierno en funciones, mediante una abstención, y buscan no salir solos en la foto. El deseo de los republicanos sería el de atraer a JxCat a su terreno, pero el PSOE, que no necesita los votos del partido de Puigdemont y del president de la Generalitat, Quim Torra, no entra en el juego y marca distancias con el espacio neoconvergente.

Fuentes conocedoras de las negociaciones comentan que los socialistas ya han hecho algunos gestos. Hablan no sólo el reconocimiento de que en Catalunya hay un conflicto político, sino también de que el partido haya establecido un diálogo con los junteros para medir sus apoyos a Sánchez. Además, el PSOE defiende que hablará con Torra, tal como reclaman desde ERC, en el marco de la ronda de contactos con presidentes autonómicos que ha anunciado el líder del PSOE.

Pero no es suficiente para los republicanos, quienes sienten en el cogote el aliento de la formación que es su socia en la presidencia autonómica. Temen que el independentismo se vuelque con Puigdemont si finalmente la Justicia resuelve que los eurodiputados separatistas gozan de inmunidad. De hecho, parte del electorado les tacha de traidores y están en el punto de mira de los CDR, que esta semana han atacado su sede en Barcelona con la pintada: “La autodeterminación es un derecho, no se negocia”, como muestra del descontento de una parte del independentismo por negociar con el PSOE.

Con la fecha de la investidura en el aire, tras tres reuniones con los republicanos, en Ferraz y en Moncloa se resignan a que la sesión plenaria para ratificar a Sánchez en el cargo se celebre en enero. La próxima semana, el líder socialista meterá miedo a los independentistas con una alianza con Ciudadanos, a la que se invita al PP, pero ERC se muestra firme y ha enviado un mensaje al socialismo: o mesa de diálogo entre Gobiernos, o nada.

Así se ha manifestado Junqueras, en una entrevista en La Razón, quien ha insistido en que la formación votará 'no' a la investidura si previamente no hay un compromiso de estas características. "No estamos negociando una investidura, sino para buscar una solución democrática al conflicto. La pelota está en el tejado del PSOE y las terceras elecciones, también", ha subrayado.

El líder de ERC también ha arrojado un guante a Puigdemont: está dispuesto a ser el candidato de ERC en el caso de que se reconozca su inmunidad.

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