• La 'premier' afronta este miércoles una moción de censura
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Charles McQuillan/Pool image/Getty Images

Si hay una palabra que ha dominado los ánimos durante la mayor parte del proceso del Brexit es incertidumbre. Y es el mejor calificativo que se puede dar a la situación desatada en el Reino Unido (una vez más) después de la histórica derrota de la primera ministra Theresa May en la votación parlamentaria sobre el acuerdo de divorcio alcanzado entre Londres y Bruselas en noviembre. El caos político se apodera del país, mientras los mercados y la libra se lo toman con deportividad y los inversores se lo juegan todo a la carta de la prórroga.

Sin embargo, las posibilidades de que el Brexit ordenado descarrile se incrementan por momentos y cualquier paso en falso en el camino despeñará al país por el precipicio de una salida caótica, es decir, sin acuerdo. Con todo, Para los expertos de Berenberg, la derrota de May "es modestamente positiva, ya que podría verse obligada a explorar diferentes opciones de Brexit que podrían obtener una mayoría en el Parlamento, y no perder más tiempo presionando con su acuerdo rechazado".

En su opinión, Reino Unido afronta tres opciones: "Un Brexit duro o blando o un segundo referéndum. De estas, un Brexit duro probablemente tenga el menor apoyo en el Parlamento y un Brexit suave probablemente tenga el mayor apoyo", afirman.

Además, en las últimas jornadas ha tomado fuerza la idea de que la Cámara de los Comunes y el Gobierno optarán por tirar el balón hacia adelante y pedirán una prórroga del Artículo 50 del Tratado de Lisboa por unos cuatro meses, lo que aplaza al verano todos los trámites de desconexión entre Londres y Bruselas.

La Unión Europea (UE) ya se prepara para este escenario en el que la entrada en vigor del Brexit se trasladará a julio en lugar de la fecha del 29 de marzo, que es la que corresponde a los dos años desde la activación del mencionado artículo del reglamento comunitario. Pero los analistas de Goldman Sachs indican que, aunque las instituciones comunitarias también sopesan esta eventualidad, "esperarán a una solicitud formal del Gobierno de May".

Es el escenario que cobra fuerza en los mercados y que ha bombeado un rally en la libra en jornadas previas a la votación de la Cámara de los Comunes. "Ya sea porque el Parlamento pide tiempo para dar los pasos legislativos necesarios para impulsar un segundo referéndum o para renegociar el acuerdo pactado con May, las instituciones europeas son proclives a darse un margen de tiempo para desplegar nuevas conversaciones", explican los expertos del banco americano.

El Parlamento ha rechazado el acuerdo de May pero "no será capaz de presentar alternativa", apuntan los analistas de Berenberg. "Este desasosiego se mantendrá tanto tiempo como tarde el Parlamento en presentar un escenario alternativo, pero si Westminster fracasa, el resultado puede ser un Brexit caótico", agregan; e insisten en que "este es el riesgo a vigilar".

HUMILLANTE DERROTA

El resultado de la votación ha supuesto un duro varapalo para May, que ahora tiene tres días para presentar un plan alternativo, ya que 432 parlamentarios (118 de ellos conservadores) han votado en contra y tan sólo 202 a favor. Por partidos, 196 conservadores, tres laboristas y tres independientes han respaldado a May y 248 laboristas, 118 'tories', 35 diputados del Partido Nacionalista Escocés (SNP), once liberal demócratas, diez legisladores del Partido Unionista Democrático (DUP), cuatro parlamentarios galeses, un 'verde' y cinco independientes han dicho 'no'.

Para encontrar un rechazo tan contundente de los diputados británicos a las medidas emanadas de Downing Street hay que remontarse hasta 1924, cuando el Gabinete de Ramsay MacDonald sufrió una serie de varapalos parlamentarios, el mayo de ellos por un margen de 166 votos.

"Está claro que los diputados no apoyan este acuerdo", ha dicho May en sus primeras palabras al Parlamento. "No obstante, la votación de esta noche no nos dice nada sobre qué apoya, ni siquiera si pretende honrar la decisión que la gente tomó en el referéndum" de 2016 sobre el Brexit, ha reprochado.

A partir de ahora, Theresa May tiene de plazo hasta el próximo lunes para presentar un plan alternativo al Parlamento. May, tras su gran derrota, ha abierto por primera vez la puerta a negociar un acuerdo sobre el Brexit con la oposición.

Por su parte, el líder del Partido Laborista, Jeremy Corbin, ha rechazado esa proposición de May y ha anunciado una moción de censura contra la premier, que será debatida este mismo miércoles a partir de las ocho de la tarde, hora española, aunque no tiene garantizados los apoyos necesarios para triunfar. May ha confiado en superar esta moción y en seguir negociando para lograr un acuerdo que ahora mismo es altamente improbable.

DESPUÉS DE LA MOCIÓN...

Hay pocas opciones de que May pierda la moción de esta tarde, ya que los laboristas no cuentan con apoyos suficientes en la cámara británica. Si el Gobierno sobrevive, "la incertidumbre actual sobre la política del Brexit podría persistir, pero al menos el tiempo necesario para unas elecciones generales no se perdería", inidican los expertos de HSBC. Para estos analistas, "el Ejecutivo conservador puede pivotar hacia una estrategia alternativa para evitar el 'no acuerdo', habiendo visto que su propuesta actual se enfrenta a una oposición mayúscula".

En tal caso, esperan "un cambio claro y decisivo hacia una política, probablemente en el extremo más suave del espectro Brexit, tendrá posibilidad de abrirse camino en el parlamento". Y en este contexto, la libra, presa de la volatilidad en las últimas horas, se verá reforzada.

Por el contrario, si el gobierno pierde, "unas elecciones generales parecen lo más probable", señalan desde HSBC. En tal escenario, podría conformarse un Gobierno alternativo del Partido Conservador, lo que obligaría a May a dimitir. En el caso de que no fuera así, el actual Gobierno tendría un plazo de 14 días para ganarse la confianza del Parlamento. Si no lo consiguiera, habría elecciones anticipadas. Los expertos del banco británico apuntan hacia que se podría formar algún tipo de "gobierno de unidad, con un sesgo hacia un Brexit más suave, o incluso otro referéndum". "Esto probablemente aumentaría la suerte de la libra esterlina", afirman.

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