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Estamos cerca de despejar una de las mayores incógnitas del 2022: ¿cómo pasará Europa la temporada de frío? La incertidumbre ha sido máxima desde el estallido de la guerra de Ucrania debido a la dependencia del gas ruso, una circunstancia que disparó los precios de la energía e hizo temer la posibilidad de que hubiese un racionamiento en los meses más fríos. Con todo, parece que esta situación se evitará gracias al almacenamiento actual y a la reducción de la demanda, circunstancias que Morgan Stanley cree que impulsarán una bajada de precios y una menor demanda en la primavera.

En este sentido, cabe señalar que el almacenamiento de gas en Europa ha superado el 95% esta semana y todos los Estados miembro se encuentran por encima del 90% a excepción de Hungría, que se ha mantenido al margen de las sanciones al gas ruso, y Letonia. Países altamente dependientes como Alemania rozan el 100%, mientras que los Países Bajos superan cómodamente el 90%. España e Italia, por su parte, tienen los tanques al 95% de su capacidad, mientras que Francia los tiene al casi al completo.

Asimismo, de acuerdo con datos Morgan Stanley, la demanda europea de gas cayó en octubre un 26% por debajo de la media estacional de cinco años, situándose “muy por debajo” del aumento que suele producirse en esta época del año. “Dentro de nuestro perímetro, el consumo de gas en septiembre ya era un 14% inferior a la media de septiembre de los últimos cinco años”, indican desde Morgan Stanley, al tiempo que señalan que en el último mes el descenso fue del 35%.

Buena parte de esta reducción se debe, según la firma norteamericana, a la caída de más de un tercio de la demanda residencial y comercial de gas. “Esta demanda suele acelerarse en octubre, pero en esta ocasión lo hizo de forma muy moderada. En septiembre, se situó sólo un 4% por debajo de la media estacional de cinco años, pero aumentó considerablemente en octubre, llegando a ser un 35% inferior a lo normal para este mes”, indican.

Por otra parte, la demanda industrial también es débil desde hace tiempo. Así, si en septiembre cayó un 25% por debajo de la media estacional de los últimos 5 años, en el último mes el descenso fue aún mayor, del 31%.

Con todo, Morgan Stanley recalca que hay un factor diferencial a la hora de realizar este análisis: estamos teniendo un otoño particularmente caluroso. “El clima cálido fue el principal factor que impulsó este descenso y no un cambio en el comportamiento subyacente de los hogares”, explican desde el banco estadounidense.

Según apunta, el número acumulado de grados-día de calefacción (HDD) desde el 1 de octubre se ha reducido significativamente. En el caso de Francia, por ejemplo, se ha reducido a la mitad respecto a los dos últimos años, mientras que Alemania lo ha reducido un 25%. La caída es mucho menor en países como Reino Unido o Países Bajos, pero el caso es que esta magnitud ha seguido reduciéndose a lo largo del actual otoño.

Así, la firma neoyorquina estima que la demanda inferior a la esperada en octubre eleva “significativamente” su previsión de existencias a finales de marzo de 2023 desde los 26 millardos de metros cúbicos (bcm) hasta los 31 bcm. Sin embargo, como esto es “enteramente atribuible a la meteorología” y todavía es “pronto en la temporada de calefacción”, no modifican sus previsiones de demanda a futuro.

“Aun así, con unas existencias más elevadas y una destrucción de la demanda en la industria ligeramente mayor de lo que habíamos previsto, los precios pueden ser más bajos”, añaden. Por ello, reducen sus previsiones para los próximos meses para los futuros del gas TTF de referencia, al que otorgan un precio de 40 dólares/mmbtu durante todo 2023, desde los 50 anteriores, y estiman un precio de 32,5 dólares, en lugar de los 38,5 anteriores para 2024. “Seguimos viendo mejoras en las curvas a plazo que esperamos que se materialicen cuando la demanda estacional se acelere y se normalice también la fuerte e inusual oferta de GNL”, concluyen.

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