la bce deploiera un nouvel instrument si besoin pour eviter la fragmentation lagarde 20220909072918

La crisis energética sigue atenazando a la economía europea. Bruselas ya ha movido ficha y ha anunciado una serie de medidas centradas en la reducción del consumo, el tope a las tecnologías inframarginales y los impuestos a petroleras y gasistas, propuestas que deberán ser aprobadas este viernes en un Consejo extraordinario de Energía y que contemplan una recaudación de 140.000 millones para aliviar la carga de los hogares y las empresas. Entre tanto, otros Estados miembros han estado impulsando sus propias políticas para contener los precios y ayudar a los hogares. Sin embargo, desde Nomura lo tienen claro: “El plan energético de la UE no detendrá la recesión ni la subida de tipos”.

En este sentido, los expertos de la firma nipona subrayan que, si bien es probable que las medidas se aprueben, ya que únicamente se requiere de una mayoría cualificada (15 de 27 países que representen el 65% de la población comunitaria), la propuesta tendrá que adoptarse a través de la legislación nacional. Esta circunstancia, explican, retrasará su aplicación hasta finales de año, además de descartar un posible tope a los precios del gas. “Europa tiene un largo historial de respuestas contundentes a las crisis, aunque a menudo a última hora”, añaden.

El equipo de Nomura cree que los topes a los precios de la energía darán lugar a una menor inflación general. En este sentido, destacan que la mejor situación de Francia, cuya inflación es la menor de entre los Estados miembro (6,5% en agosto), es un “resultado directo” de las medidas de contención de precios que ha aplicado el Gobierno de Emmanuel Macron. El paquete de 17.800 millones de euros del Elíseo contempla un tope del 15% a los precios del gas y la electricidad durante lo que queda de 2022 y todo 2023, así como ayudas directas a los hogares más vulnerables.

Medidas de este estilo, explica la compañía japonesa, “pueden contribuir a invertir la reciente tendencia al alza de las quiebras de empresas”. Y es que, “aunque el número de quiebras se mantiene por debajo de los niveles observados durante la crisis financiera y la crisis de la deuda de la zona del euro, han seguido una fuerte trayectoria ascendente desde principios de 2022”.

En este contexto, Nomura señala que los riesgos de quiebra de empresas se derivan de tres razones principales: el aumento de los precios de la energía y su efecto sobre la capacidad para pagar las facturas; la reducción del gasto discrecional debido a los elevados recibos energéticos; y el endurecimiento de la política monetaria, que “hace que las empresas sean incapaces de pagar sus deudas”.

La aplicación de topes de precios “limita directamente” las facturas, mientras que algunos países también proporcionan “apoyo fiscal directo”. “En última instancia, esto suavizará el golpe para los consumidores, y puede proporcionar un respiro para el consumo”, explican desde Nomura, al tiempo que subrayan que la tasa de ahorro en la zona del euro es del 15%, mientras que antes de la crisis era del 12%. “Es posible que los hogares recurran a sus ahorros a medida que los precios sigan subiendo, lo que daría un frágil respiro a las perspectivas”, añaden.

Con todo, esto no será suficiente para impedir la “marcada” recesión que anticipa la firma japonesa, solo servirá para “mitigarla”. “La vemos comenzar en el cuarto trimestre de 2022 y durar hasta finales de 2023, en contra de las propias previsiones del BCE”, aseguran desde Nomura. “Una razón clave por la que no creemos que la eurozona vaya a escapar de la recesión es que pretende reducir el consumo de gas en un 15% frente a lo normal y el de electricidad en un 10%, lo que unido a la actual crisis del coste de la vida sería negativo para el gasto, la producción y el PIB global”, explican.

Desde la compañía nipona insisten en la “cautela” pese a los efectos “positivos” de las medidas para las perspectivas de crecimiento e inflación general, ya que “esto puede significar una mayor inflación subyacente, lo que preocuparía al Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE)”. Así, estos expertos creen que si la recesión resultara menos profunda como consecuencia de un menor descenso del consumo debido a estas ayudas, esto podría repercutir en el impulso de los precios subyacentes durante un periodo más largo, en el que podría mantenerse “incómodamente por encima del objetivo” hasta finales de 2024.

SIN CAMBIOS EN LA RUTA DEL BCE

Asimismo, los expertos de Nomura estiman que las medidas tomadas por Bruselas y los distintos Estados “no afectan materialmente” a la trayectoria de subidas de tipos del BCE. Así, la compañía japonesa sigue esperando subidas de 75 puntos básicos en octubre y diciembre “para contener las expectativas de inflación y reducir la subyacente desde niveles incómodamente elevados”, seguidas de una subida de 25 puntos básicos en febrero de 2023, “cuando el BCE entre de puntillas en territorio contractivo”.

“Si las políticas energéticas eliminan el escozor de la recesión, junto con una inflación subyacente probablemente más firme, podrían dar al BCE un mayor impulso para adelantar las subidas y ser más agresivo a corto plazo”, aseguran.

En este sentido, Nomura señala que los riesgos “probablemente se inclinan a hacer más en el primer trimestre de 2023 o más allá, en lugar de en el cuarto trimestre de este año”.

“El principal riesgo para nuestra opinión actual es que el BCE continúe subiendo a un ritmo gradual durante más tiempo, más allá del tipo neutral (estimado por algunos miembros del Consejo de Gobierno del BCE en aproximadamente el 2%), en caso de que la inflación subyacente resulte notablemente más persistente como resultado de estas medidas”, explican desde la firma nipona.

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