La llamada nueva normalidad traerá cambios a la sociedad. Aún con el desconocimiento en el horizonte, el consumidor ya ha modificado sus hábitos durante el confinamiento, con lo que cambiará también su modo de actuar una vez se alcance el fin de la desescalada. Así, tendrá mayor preocupación por el ahorro y aumentará sus compras de manera online, un canal por el que se ha perdido prácticamente el miedo, ya que durante la cuarentena más de un millón de hogares han hecho alguna compra por Internet.
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La orientación a precio será, por tanto, uno de lo rasgos del consumidor, según un estudio llevado a cabo por Nielsen, que señala también que veremos un comprador frágil y vulnerable, que buscará en lo cercano y en la proximidad garantías y refugio. No obstante, otra de las tendencias que se acentuarán será la tecnología y la omnicanalidad, ya que durante la crisis del Covid-19 se han multiplicado los hogares que han hecho en algún momento la compra online,
Eso sí, destacan que en ningún caso se vislumbra la posibilidad de que ceda la compra física, sino que los consumidores adoptarán ambos canales en función de la misión de compra. Lo que sí se prevé es un aumento en la intención de adquirir por Internet ciertas categorías, sobre todo en salud y bienestar y cuidado personal, ya que llegarán al 30% los compradores en la red de estos productos, y también en bebidas y alimentación envasada con crecimientos de cinco-seis puntos. "Parece que el miedo al coronavirus ha hecho dejar a un lado el miedo a la compra online", afirma la directora general de Nielsen Iberia, Patricia Daimiel.
EJEMPLO DE CHINA
Los creadores del estudio han puesto sus ojos en China, el primer país en llevar a cabo la fase de desescalada, al considerar que sirve como ejemplo a la hora de buscar respuesta a cómo será el consumidor después del confinamiento. Como explican, lo más destacado del consumidor chino es que un 60% pide impulsar el online y la entrega a domicilio.
