• El comité de empresa de Eulen convocó a inicios de esta semana una huelga indefinida de cuatro horas diarias desde el 4 de agosto
  • El caos desatado por las prolongadas esperas en los arcos de seguridad hace sospechar que desde el pasado 21 de julio se lleva a cabo una huelga de celo
huelga prat eulen

Largas esperas que superan las dos o tres horas, aglomeraciones de viajeros y sensación de caos absoluto. Así se puede describir el ambiente reinante en el Aeropuerto de Barcelona, que sufre desde hace una semana lo que se ha considerado una huelga de celo de los trabajadores de Eulen Seguridad, la empresa de la familia Álvarez y concesionaria de Aena de los controles de embarque del aeropuerto.

Los 360 vigilantes que se reparten en los filtros de seguridad convocaron una serie de paros a partir del 4 de agosto para denunciar las precarias condiciones laborales que sufren desde que la empresa asumió la contrata, según denuncia el comité de huelga de los trabajadores de Eulen. Pero los problemas han empezado mucho antes, generando un nuevo conflicto en el aeropuerto catalán que implica a Anea y que trae a la memoria los episodios de colas en los controles de pasaportes vividos antes del verano.

Aunque con un origen muy diferente, ya que los colapsos de finales de mayo se produjeron por la falta de verificadores digitales y policías, tras el endurecimiento de las medidas antiterroristas en la Unión Europea, el resultado es el mismo. Indignación entre los pasajeros que, impotentes, esperan su turno en los diez canales dotados de arcos detectores de metales y escáneres y ven como pierden sus vuelos. Las redes sociales se han llenado estos días de mensajes de enfado, rabia y decepción de los viajeros, que han llegado a esperar 120 minutos este jueves, mientras que las colas han taponado también el ”carril rápido", destinado a las personas que viajan con hijos o con problemas de movilidad, donde la espera ha superado la hora y media. Durante la tarde del miércoles, la terminal 2 del Aeropuerto también se saturó, con tiempos de espera superiores a los 50 minutos.







La crónica de lo vivido día tras día desde el pasado viernes se repite en todos los medios y describe largas colas que han desbordado el espacio central de la terminal y han llegado a serpentear sobre sí mismas. Para muestra, sólo este 27 de julio, el día empezó con esperas de más de 60 minutos entre las 05.30 y las 06.30 horas, una franja que, al igual que los días anteriores, coincide con la que los trabajadores de Eulen han fijado para los paros que han anunciado a partir del viernes de la semana próxima, hecho que refuerza la teoría de que los problemas recientes responden a una huelga encubierta. El viernes la situación se ha normalizado.

Las redes sociales se han llenado estos días de mensajes de enfado, rabia y decepción de los viajeros, que han llegado a esperar 120 minutos

AENA SE LAVA LAS MANOS

Los trabajadores de Eulen Seguridad -perteneciente al grupo Eulen-, por su parte, niegan que esta sea la situación, a pesar que los momentos más crudos se han vivido pocas horas después de que la reunión de mediación convocada por la Generalitat acabara sin acuerdo. La plantilla atribuye los problemas a la escasez de personal y a la falta de formación del mismo, que aseguran que hace jornadas de hasta 16 horas. El comité de huelga de Eulen y el Govern catalán tenían previsto volver a reunirse este viernes, aunque los representantes de los trabajadores han advertido que no se sentarán a la mesa de negociaciones si Aena, a quien apuntan como último responsable de sus situación, no se aviene a mediar con Eulen.

La operadora de aeropuertos prefiere mantenerse al margen del conflicto, que considera de ámbito interno, y pone de manifiesto que hasta la fecha jamás ha intervenido en condiciones laborales de una empresa externa, como es este caso. De hecho, se ha esforzado en todo momento por dejar claro que la caótica situación que se vive en el Aeropuerto de El Prat es fruto de un conflicto interno. No obstante, la empresa ha comunicado que está trabajando "constantemente" para solucionar la problemática en los filtros de seguridad. Por ahora ha instalado cintas adicionales y en los paneles luminosos de las dos terminales de El Prat, Aena informa a los pasajeros que, debido a un conflicto laboral en la empresa Eulen, el tiempo de espera puede ser más elevado de lo habitual.

Pero los trabajadores ponen en el mismo saco a la gestora aeroportuaria y a la empresa. “Aena es más culpable porque tiene que garantizar las condiciones”, señalaba Juan Carlos Giménez, asesor del comité de huelga en declaraciones a 'La Vanguardia'. Según denuncian los vigilantes de los filtros de seguridad del aeropuerto catalán, que de enero a junio registró un volumen de 22 millones de pasajeros, la precarización de sus puestos de trabajo ha empeorado desde que Eulen ganó el contrato, hace justo un año. En un comunicado, publicado junto al anuncio de la huelga de agosto, denunciaban la escasez de efectivos, que por momentos es del 60%, lo que se traduce en una menor atención de los empleados, a quienes, aseguran, no se les respetan los horarios.

Aena prefiere mantenerse al margen del conflicto y ha declinado sentarse a la mesa de negociaciones liderada por la Generalitat catalana

65 AFECTADOS DESDE QUE EULEN GANÓ LA CONCESIÓN

Entre las reivindicaciones de los vigilantes de seguridad destacan factores como que en el último año se han eliminado los pluses, por lo que las retribuciones han empeorado y la formación a nuevos empleados es insuficiente. Una de las trabajadoras de la empresa Eulen, Purificación Infante, ha denunciado durante los últimos días la "falta de personal" y las condiciones de trabajo que tienen que soportar los agentes de seguridad, ya que la empresa les exige "prisa" para que no se registren colas en los controles ante el riesgo de ser sancionados por Aena.

Esta situación ha causado 30 excedencias y 35 bajas médicas por estrés en el último año, que se han suplido con nuevas incorporaciones que no han recibido la capacitación requerida para poder efectuar los controles de los escáneres. En definitiva, las condiciones laborales han empeorado desde que Eulen ganó la concesión de Aena, siempre según estos empleados.

En cuanto a la empresa, es un auténtico gigante en la prestación de servicios generales a empresas y especialista en las actividades de limpieza, seguridad, servicios auxiliares (de logística, generales y de telemarketing), FSM (Facility Services & Management), servicios sociosanitarios, mantenimiento integral, trabajo temporal y medio ambiente. Con una trayectoria de varias décadas, se caracteriza por permanecer alejada del foco mediático, a pesar de su volumen.

Fundada en 1982, como un conglomerado de 25 empresas y con sede en Madrid, cuenta con 55 años de historia desde que David Álvarez fundó su primera empresa en Bilbao. A día de hoy tiene en plantilla más de 86.000 empleados en España, Portugal, EEUU, ocho países de Latinoamérica y Caribe, Oman, Qatar y Emiratos Árabes. Sólo en nuestro país cuenta con más de 47.500 empleados, según informaciones de la propia compañía de finales de diciembre de 2016.

María José Álvarez Mezquíriz es la presidenta ejecutiva del grupo Eulen desde el año pasado, después de librar una guerra cainita que enfrentó durante seis años a los siete hijos de David Álvarez, fallecido en 2015 con el título de marqués de Crémenes. Finalmente ella se hizo con las riendas del grupo Eulen y es la responsable de la internacionalización de la compañía, labor por la que ha sido recientemente reconocida como empresaria del año por la Cámara de Comercio España-EEUU. En sus planes también se encuentra incrementar las ventas un 50%, hasta 2.250 millones de euros, y duplicar el beneficio, hasta superar los 32 millones de euros, según reza su plan estratégico hasta 2021. Y pretende que su crecimiento sea orgánico, a través de nuevos contratos.

Pero el conflicto del Aeropuerto de El Prat puede ser una auténtica piedra en el camino para esta empresa, que se ha caracterizado por su discreción durante su larga historia. Aena tiene en su mano una solución para tratar de meter en cintura a Eulen, que no es otra que aplicar sanciones, pero los trabajadores demandan que las posibles multas se destinen a mejorar su situación. El Govern autonómico catalán ha tomado también cartas en el asunto y desde la Conselleria de Territori i Sostenibilitat, Josep Rull ha organizado un equipo mediador y ha reclamado la intervención de Aena. Lejos está aún una solución a este conflicto y la espera se repetirá en los próximos días, tanto en la mesa de negociaciones, donde se sigue reclamando la presencia de Aena, como en la terminal 1 de El Prat.

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