• Grecia ya no será más el socio miserable que escucha las lecciones para hacer sus deberes, dice Tsipras
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La tensión política en curso entre Grecia y sus compañeros miembros de la Unión Europea ha tomado una curva cerrada después de que el Banco Central Europeo (BCE) decidiría restringir la aceptación de la deuda soberana griega como garantía para préstamos a corto plazo, limitando la liquidez de las entidades financieras del país que carecen de otros colaterales. A esto se suma hoy un encuentro cuyo resultado ha sido un evidente desencuentro entre Alemania y Grecia respecto a los caminos que quiere adoptar el país que dirige Tsipras.

La reunión de este jueves entre los ministros de finanzas alemán, Schäuble y el griego, Yanis Varoufakis, aunque cordial, lo único que ha hecho es confirmar que Alemania y Grecia están en caminos separados. "El enfrentamiento entre ambos ministros separa aun más una posible solución a la crisis de la deuda de Grecia", decía en un artículo el Financial Times.

Schäuble: "no hay acuerdo con Varoufakis en el camino a seguir".

Durante la rueda de prensa después de la reunión, ambos ministros intentaron mantener la cordialidad, aunque dejaron en evidencia las fuertes diferencias mostradas. Las grietas entre Alemania y Grecia eran evidentes. "Las raíces de las dificultades en Grecia están en la propia Grecia. Alemania debe tener comprensión por los problemas de Grecia. Pero Varoufakis y yo solo estamos de acuerdo en que no estamos de acuerdo", decía Schäuble. Al mismo tiempo que aseguraba que una quita en la deuda de Grecia “no estaba encima de la mesa” y que confesaba que "no hay acuerdo con Varoufakis en el camino a seguir".

Varoufakis: "Es hora de poner fin a la bruta indignidad a la que se ha visto obligada Grecia"

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Por su parte, Varoufakis afirmaba que “ni siquiera estamos de acuerdo en nuestros desacuerdos”. El dirigente no solo reiteraba su plan para reestructurar la deuda griega, sino que calificaba como un "gran error" el primer rescate aceptado por Atenas. "Es hora de poner fin a la bruta indignidad a la que se ha visto obligada Grecia", "Alemania debe entender lo que se siente al estar atrapado en una crisis de deuda", decía.

Lo cierto es que el ministro de Finanzas griego ha proclamado públicamente que su gobierno va a rechazar cualquier intento de imponer nuevas medidas de austeridad, mientras que el conjunto de Europa reclama que Grecia cumpla con sus compromisos, una situación que parece hacer insalvable las diferencias y que ha provocado que también se dispare la posibilidad de una salida de Grecia de la zona euro "se ha convertido de repente en algo muy real", comentaba en un artículo Bloomberg.

Para Giuseppe Maraffino, analista de investigación económica de Barclays: "La decisión de financiar los bancos griegos a través de la ELA otorga efectivamente al consejo de gobierno del BCE el poder de apagar el suministro de liquidez".

No obstante, aclara, que "no hace falta decir que esta es una decisión crucial, que sólo se toma si no hay perspectivas de un acuerdo sobre un programa". "Creemos que esta decisión se tomará en consulta con las partes interesadas de Europa, entre ellos jefes de Estado, ya que, con toda probabilidad puede precipitar la salida de Grecia".

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"En general, mantenemos la opinión de que un acuerdo entre el gobierno griego y la UE sigue siendo posible, pero la probabilidad de una salida de Grecia es ahora claramente más alta que en cualquier momento en el 2012", concluye.

LA VUELTA A CASA

En medio de este panorama, y tras volver a casa, Tsipras dijo que Atenas ya no está dispuesta a aceptar más que le digan lo que tiene que hacer. "Grecia ya no aceptará más órdenes, especialmente órdenes recibidas por correo electrónico", dijo. "Grecia ya no será más el socio miserable que escucha las lecciones para hacer sus deberes. Grecia tiene su propia voz", afirmaba según declaraciones recogidas por Reuters.

En aparente referencia a la dura postura adoptada por el Banco Central Europeo y otros, Tsipras dijo: "Grecia no puede ser chantajeada, porque la democracia en Europa no puede ser chantajeada". En todo cado, lo cierto es que Tsipras y su ministro de Economía, Yanis Varoufakis, ha recorrido Europa buscando el apoyo de socios a su plan de conseguir un alivio de la deuda y el fin de las políticas de austeridad, pero hasta ahora sólo han recibido advertencias de que no pretendan evitar los compromisos de pago pactados en el actual programa de rescate del país.

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