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Golpe sobre la mesa de Emmanuel Macron en Francia. El presidente galo compareció este lunes por la noche para volver a hablar de la pandemia de Covid-19, y lo hizo para anunciar una serie de medidas dirigidas a contener la nueva ola de contagios que afecta al país propiciada por la expansión de la variante Delta. Según dijo, desde la semana que viene se exigirá el pasaporte Covid para acceder a cualquier evento que reúna a más de 50 personas (teatros, cines...) y a partir del 1 de agosto también para acceder a restaurantes, bares, centros comerciales, trenes, autobuses o aviones.

Además, ha decidido que la vacunación sea obligatoria para el personal sanitario y asistencial. Según dijo Macron, tendrán hasta el 15 de septiembre para inmunizarse contra el coronavirus, y si para entonces no lo han hecho, serán sancionados. "Cuando la ciencia nos ofrece herramientas para protegernos, tenemos que utilizarlas con confianza en la razón y en el progreso", dijo Macron en su discurso, motivado por la inquietante expansión de la variante Delta, que supone ya más del 40% de los contagios en el país galo.

El dirigente insistió en la necesidad de que todos los trabajadores de hospitales, clínicas, residencias de ancianos o personas discapacitadas que trabajen en contacto con personas frágiles estén vacunados, y es que según los últimos datos recogidos por 'Efe', solo el 45% del personal de residencias de ancianos y enfermos de larga duración tenían la pauta de vacunación completa, cifra que sube para el personal hospitalario (64%), mientras que asciende al 81% entre los sanitarios que trabajan por su cuenta.

"En función de la evolución de la situación deberemos sin duda plantear la cuestión de la vacunación obligatoria para todos, pero apuesto por la confianza y llamo solemnemente a todos los ciudadanos a que se vacunen cuanto antes", remarcó Macron, dejando así la puerta abierta a exigencias mayores en el futuro.

Volviendo a la cuestión del pasaporte Covid, aunque la exigencia de estar inmunizado no es aún una realidad, las medidas anunciadas por Macron dejan poco margen a quienes se nieguen a ello. Desde el 21 de julio empezará a exigirse este certificado sanitario en múltiples lugares públicos, lo que hará complicado para muchos seguir con su día a día si no están vacunados.

Desde ese día el pasaporte Covid será necesario acceder a discotecas, pero también estadios y otros lugares donde pueda haber aglomeraciones de más de 1.000 personas, y se pedirá también en teatros, cines y otros puntos culturales en los que pueda haber más de 50 personas. Y desde el 1 de agosto la exigencia se ampliará a cafeterías, bares, restaurantes, centros comerciales, autobuses y trenes de largo recorrido, aviones y centros médicos.

"Vamos a ampliar al máximo el certificado sanitario para incitaros a la mayoría a que os vacunéis", señaló Macron, que aprovechó para compartir su intención de "llevar las restricciones sobre los vacunados en lugar de sobre todos".

Anunció también que a partir del otoño las pruebas de diagnóstico, que hasta ahora eran plenamente reembolsadas por la Seguridad Social, serán de pago salvo si han sido prescritas por un médico. Y el presidente precisó que se van a reforzar los controles con los países de alto riesgo por la degradación de la situación sanitaria, con un aislamiento obligatorio para los viajeros que no estén vacunados.

"Si no actuamos desde hoy, el número de casos va a continuar aumentado fuertemente y supondrá inevitablemente el aumento de las hospitalizaciones desde el mes de agosto", defendió Macron, que adelantó que habrá campañas de inoculación también en los centros escolares para los mayores de 12 años para el próximo curso escolar.

GRECIA TAMBIÉN OBLIGA A SUS SANITARIOS A VACUNARSE

Aunque Macron no ha sido el único en adoptar medidas tan drásticas. Grecia también ha decidido obligar a vacunarse a los sanitarios de centros públicos y privados y trabajadores de residencias de mayores en un esfuerzo por alcanzar la inmunidad de grupo antes del otoño, según anunció este lunes el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis.

En el anuncio, dijo que el personal de las residencias que no lo haya hecho tendrá que vacunarse de forma inmediata o será suspendido de empleo a partir del 16 de agosto, mientras que el personal sanitario se verá obligado a partir del 1 de septiembre.

Asimismo, el país heleno ha decidido abrir el interior de la hostelería (bares y restaurantes) y el ocio (discotecas, cines, teatros) solo para las personas vacunadas. Los que puedan verificar su inmunización contra el Covid podrán acceder a estos sitios, en los que será obligatorio que todos los clientes estén sentados. Mitsotakis destacó que estas medidas buscan proteger la salud de los trabajadores, pero también que "constituyen un acto de justicia para la mayoría de los ciudadanos, que actúa con responsabilidad y sensibilidad social".

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