• Se mantendrá el nuevo status quo en Grecia hasta que se acuerden todos los flecos del tercer rescate
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La dura prueba que ha tenido que superar Grecia ha significado un duro coste para el primer ministro, Alexis Tsipras, y para el partido que lidera, Syriza. La formación de izquierdas ha sido puesta a prueba al verse obligada a aceptar un paquete de reformas que la han llevado al borde de la fractura y Tsipras se ha visto forzado a reformar su Ejecutivo para apartar a cinco ministros disidentes. El panorama no es nada alentador y mientras en el corto plazo Tsipras tiene que lidiar con sus propios disidentes, se enfrenta a un voto de confianza de su partido que puede desembocar en unas elecciones anticipadas.

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Así lo expone un artículo de Deutsche Bank en el que se explica que aparte de la reprobación interna, el primer ministro heleno también ha expresado su desagrado por el acuerdo del que se vota la segunda parte de medidas en el Parlamento heleno. El desagrado sobre el control del programa que se impone al país va más allá del desagrado de los ministros disidentes.

La nueva dinámica política en Grecia ha asegurado que el paquete de medidas pase por el Parlamento con mayor apoyo que los anteriores planes

Lo más relevante del viraje político y de la extraña situación de Grecia, explica el análisis del banco de inversión, también ha puesto de relieve que Tsipras ya no puede contar con su partido para aprobar la legislación. De hecho, aunque no se le hará un voto de confianza, el primer ministro “ya no puede controlar a su propio partido” y apunta a una profunda división interna del mismo, a nivel de su comité interno. Este, tiene el poder de llamar a una votación no de confianza sobre el líder de la formación y decidir sobre los candidatos parlamentarios en previsión de unas futuras elecciones generales”.

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A pesar de todo lo anterior, comentan los analistas de Danske Bank, la oposición no llamará a un voto de censura contra el Gobierno. La prioridad es mantener un clima de tranquilidad durante las negociaciones. “Pero la dinámica anterior ha creado una situación inédita en Grecia: los votos de la oposición han asegurado que las nuevas medidas de austeridad pasen por el Parlamento con una mayoría aún mayor que los paquetes anteriores”, subrayan desde Deutsche Bank.

TRES ESCENARIOS POTENCIALES

Valoran los analistas la situación como muy delicada y señalan tres posibles desenlaces:

1. Que se genere un clima de inestabilidad que dinamite las negociaciones y devuelva la presión sobre el sistema bancario del país.

2. Por otra parte, podría suceder que el primer ministro heleno decidiera posicionarse más fuertemente contra los disidentes de su gobierno y Tsipras se decantara por la moderación dentro de su partido.

3. La vía más probable para los expertos de Deutsche Bank es que se siga con el nuevo status quo, con un Tsipras combatiendo a los disidentes con mano de seda y trabajando paralelamente en las negociaciones, pero sin que ello propicie un cambio político real.

Sin embargo, apuntan que el pacto para no volatilizar las negociaciones podría irse al traste en cuanto estas acabaran y desembocar el unas elecciones generales que llegarían a finales de año.

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