theresa may speech
Downing Street

El principio de acuerdo alcanzado entre la Unión Europea (UE) y Reino Unido para el abandono del bloque comunitario mete el proceso de divorcio de lleno en su última fase. En las próximas semanas, la agenda de la primera ministra, Theresa May, se llena de citas cruciales para lograr que el desenlace se produzca en los términos de 'Brexit blando' que su equipo negociador ha pactado con Bruselas.

Pero no lo tiene fácil y los expertos coinciden en señalar que el contenido del texto consensuado con el equipo de Michel Barnier provoca el rechazo de los diputados conservadores, por lo que "se incrementan las posibilidades de que encuentre oposición en el Parlamento al acuerdo del Gobierno británico", señala Mikael Olai, economista de Danske Bank.

El trámite en la Cámara de los Comunes se presenta como el gran escollo a sortear para ultimar los preparativos de cara a que en marzo se inicie el período de transición de dos años acordado con el Consejo Europeo. La fecha más probable de la votación en Westminster es el 10 de diciembre, por lo que May tiene "cuatro semanas por delante para lograr los apoyos suficientes", indica Olai.

Las reacciones en el bloque pro Brexit en las filas conservadoras no se han hecho esperar. El acuerdo contempla un plan de contingencia ('backstop', en la jerga comunitaria) en la frontera entre el Úlster e Irlanda, una solución que aseguraría un estatus especial para Irlanda del Norte. Además, permitiría al conjunto de Reino Unido continuar en la Unión Aduanera hasta diseñar una solución definitiva que no fragmente el mercado británico.

El diputado Jacob Rees-Mogg, que lidera al bloque más euroescéptico en el partido gobernante, trabajará para que el Parlamento bloquee un trato que considera "profundamente insatisfactorio", ha señalado a la BBC, subrayando que "parece haber una oposición creciente a estas muy pobres propuestas".

Las negociaciones con la UE le parecerán un paseo por el parque May, comparado con la dura tarea de granjearse los apoyos de los parlamentarios

En la misma línea se ha expresado el exministro de Exteriores Boris Johnson, uno de los más firmes defensores del Brexit. Aunque ha reconocido que no ha visto el documento, ha considerado que es "completamente inaceptable para cualquiera que crea en la democracia". "Es cosa de un estado vasallo", ha denunciado.

Entretanto, el líder de la oposición, Jeremy Corbyn, ha dicho que los laboristas votarán contra cualquier acuerdo sobre el Brexit que no cumpla sus exigencias.

"May necesita el apoyo de los conservadores moderados y de la mayoría de laboristas para seguir con sus planes y muchos analistas políticos dudan de que vaya a logarlo", comenta el analista de Danske Bank. Otras fuentes consultadas apuestan porque el partido progresista acabe decantándose por este acuerdo ya que "es mejor que una perspectiva de 'Brexit duro'". Olai avisa que en los próximos días se debe prestar mucha atención a los comentarios de los líderes de las facciones de los partidos y de algunos políticos para poder aventurar el sentido de un voto que, asegura, "será muy ajustado".

SI DESCARRILA EL BREXIT DE MAY: DIMISIÓN Y NUEVO REFERÉNDUM

Pero antes de llegar a la Cámara de los Comunes, el preacuerdo debe superar otras pruebas. La primera de ellas ha sido recibir el respaldo de los ministros británicos. Paralelamente, los embajadores de los Veintisiete asistieron este miércoles a una reunión para "hacer balance de las negociaciones", según han indicado a Europa Press fuentes diplomáticas.

En cuestión de pocos días, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, convocará a los dirigentes de 'los Veintisiete' a una cumbre extraordinaria sobre el divorcio, cuya fecha prevista es el 25 de noviembre.

Los expertos no prevén que el proceso descarrile en ninguna de estas fechas y al igual que los economistas de Danske Bank, Craig Erlam, analista de Oanda, opina que la "batalla más dura" se libra en casa. "Las negociaciones con la UE le parecerán un paseo por el parque May, comparado con la dura tarea de granjearse los apoyos de los parlamentarios", comenta el experto.

"A menos que el borrador del Acuerdo se haya movido –considerablemente- hacia la posición que defienden los Laboristas éstos lo rechazarán, lo que resultaría posiblemente en un 'Hard Brexit'", aventura Ross Denton, socio de Baker McKenzie en Londres.

"Si la votación es desfavorable, no hay acuerdo y con toda seguridad supondrá la dimisión de la 'premier'", señala por su parte Olai. Un desenlace que el economista danés califica de "caos político". Reino Unido deberá encontrar otro líder, una incómoda posición que "nadie quiere asumir", asegura.

Llegados a este punto, se tendrán que reiniciar las negociaciones, pero es poco probable que la UE cambie su postura actual. Los expertos de Danske Bank también creen que se incrementan las posibilidades de que se convoque un segundo referéndum sobre el abandono del bloque comunitario. En cambio, no apuestan porque la situación derive en nuevas elecciones ya que "los diputados quieren conservar sus sillas". "A pesar de la buena noticia de un borrador de acuerdo de salida, un Hard Brexit parece inevitable", concluye por su parte Denton.

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